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Crítico de arte propone llevar retrato de Pedro Martínez y Juan Marichal al Museo del Hombre Dominicano

Pedro Martínez y Susan Miller-Havens al momento de presentar su retrato en el Smithsonial American Art Museum de los Estados Unidos de América. Pedro Martínez y Susan Miller-Havens al momento de presentar su retrato en el Smithsonial American Art Museum de los Estados Unidos de América. Foto: suministrada por la fuente

Miller-Havens hizo tres retratos de Martínez en su estudio en Cambridge, Massachusetts, y el que está en el Smithsonian es el segundo.

El internacionalmente reconocido crítico de arte dominicano Abil Peralta Agüero propuso que los retratos de Pedro Martínez y Juan Marichal sean exhibidos para estudio de las ciencias antropológicas y etnográficas all Museo del Hombre Dominicano en la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte en Santo Domingo, República Dominicana.

Abil Peralta afirmó que es cierto que Pedro Martínez llegó a Cooperstown, pero "pero antes estuvo justa e históricamente legitimado en la escena del arte, cuando el más importante museo del planeta, el Smithsonian American Art Museum, Washington, DC., en su Galería de Retratos acogió en el año 2011, (25 de marzo),  una impresionante imagen de su figura de lanzador convertida en retrato personal de cuerpo entero, creado por la afamada artista figurativa norteamericana Susan Miller-Havens, en el año 2000".

Por su parte Susan Miller-Havens tituló su obra "Pedro Martínez, Orgullo y Determinación", la cual fue "donada generosamente por el reputado periodista Peter Gammons, que es uno de los mejores periodistas de todos los tiempos en el béisbol de las Grandes Ligas y desde el 2005".

Peralta, quien también es curador de exposiciones de afamados artistas nacionales e internacionales de las artes visuales, consideró que para Juan Marichal podría escogerse uno de los grandes artistas figurativos dominicanos para realizar su retrato y que dicha obra sea adquiridad para los fines por el Estado por algún mecenas del arte.

A continuación trascribimos el texto íntegro de Abil Peralta Agüero, quien produjo este artículo un día antes del ascenso de Pedro Martínez al Salón de la Fama de Béisbol de las Grandes Ligas:

CON LAS MANOS PRESTAS PARA EL APLAUSO EN EL CORAZÓN Y PARA RECIBIR A PEDRO MARTÍNEZ ANTE SU HISTÓRICO ASCENSO AL MÍTICO SALÓN DE LA FAMA DE COOPERSTOWN.

El texto que sigue, es para sustentar mi formal propuesta para que, en el interés de potenciar la presencia del beisbol dominicano como parte de la identidad cultural y la identidad nacional, y como parte de los fundamentos sociológicos y antropológicos del sistema cultural de la República Dominicana, de los tres retratos que pintara  la afamada artista norteamericana Susan Miller-Havens, perpetuando históricamente la imagen del lanzador dominicano Pedro Martínez, propongo formalmente que una de las dos obras restantes sea incorporada al Museo del Hombre Dominicano, MHD, juntamente con un retrato de igual dimensión del estelar lanzador de grandes ligas y miembro del Salón de la Fama Don Juan Marichal. El retrato de Marichal podría ser comisionado a un artista dominicano del retrato con altos dominios de esta variante y especialidad de la pintura figurativa; ambos retratos bien podrían ser adquiridos por el Estado mismo, o mediante acción de mecenazgos por empresas privadas líderes en el mercado nacional. Ambas obras serían incorporada para su exhibición y conservación permanente en el más importante museo de antropología de la República Dominicana, en que se conserva la memoria visual, documental antropológica, arqueológica y etnográfica de la identidad cultural dominicana; las obras serían develizadas  por el Presidente de la República y las autoridades deportivas y culturales, con la presencia de personalidades del beisbol de grandes ligas en calidad de invitados especiales.

Abil Peralta Agüero*

El ser nacional lo constituyen el estado interior y el súmmum de todas las fuerzas, símbolos y signos que contribuyen a la formación de la identidad cultural y la identidad nacional como doctrina que define y fundamenta quiénes somos y para qué accionamos todos los días de nuestras vidas como partes de un pueblo, de una República, de una cultural, de un país, y de una Nación.

Dentro de esas sumatorias multifactoriales hay seres que han cargado sobre si con los dones para ser  símbolo y  representación de la dignidad y  decoro de todo un pueblo; y en ocasiones, legado, guía y representación de la memoria espiritual y cultural de capítulos memóricos eternos de infinitos espacios de la humanidad; para decirlo bajo principios teológicos y cristocentricos, representación de toda la humanidad, como efectivamente lo fue Jesús de Nazaret/Jesucristo.

Durante las horas y minutos por discurrir sobre la geografía de la Nación dominicana, las horas de postmadrugada habrán parido el sol y más horas, y llegarán los segundos y minutos que habrán de anunciar en los diarios del mundo y del país que un hombre de cuna humilde y vida sencilla, de convivencia amigable y comunitaria, justo en la primera década del silgo xxi ha sido proclamado miembro del más representativo y poderoso escenario donde se acogen las glorias más luminosas del Beisbol de los Estados Unidos, un deporte que es también alma y tradición deportiva cultural del pueblo Dominicano. Hablo de la ascensión al Salón de la Fama de Cooperstown del estelar lanzador de grandes Ligas Pedro Martínez (1971), un espacio histórico ganado por su aquilatada trayectoria de éxitos como deportista ejemplar; y para gloria y orgullo del país, este espacio de una simbología trascendente, nuestro Pedro Martínez lo ostentará junto a otra gran gloria del deporte nacional, pitcher como él, el inmenso don Juan Marichal.

El momento puede ser de celebración perpetua para todos los dominicanos, pero igual de profunda reflexión ante el irrefrenable deterioro de los signos que definen los fundamentos de nuestra identidad cultural y de nuestra identidad nacional, porque los valores identitarios de la República Dominicana están cancerizados, están rencos, más bien, mortalmente heridos; precisan de la urgencia del azogue para que el misterio de la alquimia que guardan sus secretos bajo la enigmática película del espejo, nos siga multiplicando infinitos pedrosmartinez, tanto en el deporte como en la política, en la vida empresarial, en la vida familiar, en la vida del barrio, en el arte, en la cultura, en las iglesias y en la vida entera del pueblo dominicano.

Pedro habrá de llegar a estas horas del día al mítico Salón de la Fama de Cooperstown, pero es bueno que todo el país sepa que llegó allí caminando por los peldaños de una prehistoria personal coronada por la huella firme de su personalidad sencilla, marcado por el orgullo de su origen familiar humilde, apostando al arrojo y a la disciplina del gran atleta que es.

También es bueno que sepamos o recordemos todos, que este Pedro que celebramos hoy, tuvo como antesala para llegar al Salón de la Fama, el haber transitado hacia Cooperstown bajo la iluminación del arte, la herramienta desde donde ha forjado la idea y memoria del pensamiento nuevo, escuela bajo la cual se forjaron los primeros signos de la sabiduría, de la sensibilidad y de la inteligencia, la mano mágica de los artistas, esos sabios que  acuñan desde la historia primera las monedas de la eternidad, primero en las grutas y después sobre las telas, los mismos que durante siglos han definido la forma y grabado de las muros donde se acuñan la iconografía y edades de la belleza y la escritura de la historia de la humanidad, desde el paleolítico inferior hasta nuestros días. Llegó Pedro a Cooperstown, pero de la mano del arte, desde donde el impulso, la pasión y el proceso  creador que otorga la psicología del instinto, provocó la creación y plasmación sobre el lienzo del  primer gran gesto escritural  de su eternidad en la historia el deporte de su pasión, el Beisbol.

Pedro Martínez llegará a Cooperstown, es cierto, pero antes estuvo justa e históricamente legitimado en la escena del arte, cuando el más importante museo del planeta, el Smithsonian American Art Museum, Washington, DC., en su Galería de Retratos acogió en el año 2011, (25 de marzo),  una impresionante imagen de su figura de lanzador convertida en retrato personal de cuerpo entero, creado por la afamada artista figurativa norteamericana Susan Miller-Havens, en el año 2000, que lo tituló "Pedro Martínez, Orgullo y Determinación", un Oleo 57" x 21.5" (pulgadas); una pieza donada generosamente por el reputado periodista Peter Gammons, que es uno de los mejores periodistas de todos los tiempos en el béisbol de las Grandes Ligas y desde el 2005 forma parte del Salón de la Fama, y su esposa Gloria como gesto de admiración y lealtad a sus largas jornadas de trabajo observando y leyendo la semiología de cada movimiento, gesto, respiración, gota de sudor  y arquitectura corporal del genio deportivo de Pedro; todo esto como parte de su trabajo como reportero de ESPN/Deportes durante 7 años, cubriendo los juegos donde actuaba el estelar dominicano. Martínez se convirtió en el primer lanzador de Grandes Ligas que cuenta con una pintura en la galería nacional del museo Smithsonian.

En ese emblemático retrato, una hipnótica obra maestra de la retratística contemporánea, la artista no solo captura y traduce la anatomía corporal del deportista, sino que cumple con excelencia pictorial el canon que procura la captura de los perfiles psicológicos y el parecido de quien fuera sujeto de su inspiración. Miller-Havens hizo tres retratos de Martínez en su estudio en Cambridge, Massachusetts, y el que está en el Smithsonian es el segundo.

En ocasión de aquel acontecimiento artístico, deportivo y cultural, que inscribe el nombre de la República Dominicana en uno de los espacios de mayor dignidad y respeto dentro de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica, puesto que permite que un dominicano ocupe un espacio al lado del icónico retrato "Landsdowne", donde se traduce iconológicamente sobre lienzo la histórica personalidad de George Washington, primer presidente de los Estados Unidos, el prestigioso periodista dominicano,  establecido en E.U., Enrique Rojas, reportó para ESPN/deportes.com, el despacho periodístico de aquel acontecimiento con una excelente nota, llena de gracia periodística en su redacción, cuyos primeros párrafos seguían la ruta noticiosa de la manera que sigue: "Pedro Martínez tuvo el viernes una sesión de bullpen para lo que podría ser su próxima salida en el beisbol, por supuesto en Cooperstown, el día de su exaltación al Salón de la Fama".

Palabras más que premonitorias las del periodista Enrique Rojas, porque en las horas por venir, más bien presentes, todo el país, el pueblo norteamericano y el mundo, habrán de ser testigos de que este acontecimiento, el de la instalación del retrato de "Pedro Martínez, Orgullo y Determinación", colgado para su exhibición y conservación para siempre  en el Smithsonian Museum,  de ser una señal premonitoria, se convirtió en una realidad concreta e histórica para orgullo del pueblo dominicano, y en sello luminoso y de estimulo para seguir apostando por la reafirmación de nuestra identidad cultural y nuestra identidad nacional.

*Crítico de arte. Curador. Consultor cultural

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