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Centro Bonó propone declarar en “estado de emergencia” varios municipios por extrema pobreza

Familia pobre. Familia pobre. Augusto Valdivia

El Centro Bonó dio a conocer los resultados de una investigación conjunta con otros nueve países de América Latina, que presenta el estado de riesgo de los hogares dominicanos, esto en el marco del Análisis de Coyuntura que llevó por nombre: Heterogeneidades de la Pobreza.

Jenny Torres, investigadora social del Centro Bonó, especialista en temas de Políticas Sociales y Pobreza, explicó que la investigación arroja la existencia de cuatro estratos que dan cuenta de los niveles de riesgos que enfrentan las familias. 

Además ubica siete ámbitos intranacionales que agrupan las provincias de acuerdo a la oferta de servicios, la cantidad de la población y la distancia que las separa de los centros urbanos. De esa manera es posible determinar la combinación del riesgo como tal en las familias y de qué manera la ubicación geográfica promueve o no la confrontación de los mismos.

“La pretensión de la investigación es denunciar las brechas de las mediciones de pobreza que pretenden poner una tabula rasa como si todas las situaciones fueran iguales. La simple separación urbano-rural incluso deja una enorme cantidad de elementos fundamentales que afectan las subjetividades de las personas y las colocan en un laberinto sin salidas, entrampados en comunidades en donde no pueden ni siquiera sacar un acta de nacimiento o con ofertas de empleo mínimas tanto en cantidad como en calidad”, expresó Torres.

Explica que de acuerdo con el documento, el factor fundamental para ubicar a las familias en los diferentes estratos es la vivienda, seguido por la educación.

Esto implica, de acuerdo a la investigación, que el estado de la vivienda está siendo responsable de marcar los niveles de vulnerabilidad de las familias. Y sin embargo, aun cuando es un factor fundamental del bienestar, nuestro país no cuenta con una política de vivienda y es probablemente uno de los sectores más dispersos institucionalmente en el país.

Además de ser el sector que ha sufrido la caída más profunda al nivel de inversión pública pues ha caído de estar por encima de 1.5 por ciento del PIB en el 1993 a un 0.08 por ciento del PIB en el 2011.

La especialista indicó que el estrato 1, refleja las familias que viven en un riesgo extremo a partir de contar con viviendas en estado de emergencia, categoría educativa en donde los padres de familia son en su mayoría analfabetos,  tienen categorías laborales ubicadas en los niveles peor remunerados, y desarrollan su vida productiva como cuentapropistas de baja remuneración.

Además, expresa, que las familias ubicadas en este nivel tienen pocos activos en sus hogares (bienes materiales) y un escaso acceso a servicios de agua potable y saneamiento.

Según explica, este estrato agrupa el 38% de la población, con el agravante de que están ubicados en las provincias con poblaciones pequeñas, remotas y predominantemente rurales.

Es decir, familias en riesgo por no tener prácticamente ningún tipo de servicio, habitan en viviendas productoras de enfermedad, encerradas por decreto en la ignorancia y en comunidades sin respuestas que ofrecer.

Centro Bonó

“La investigación apunta que un segundo estrato (2) la componen familias en riesgo o al borde del riesgo con viviendas con algún nivel de fortaleza en al menos uno de los materiales de construcción (piso de cemento o mosaico o techo de concreto o pared de cemento), un mejor acceso a servicios respecto al estrato 1, pero con acceso a agua en llaves públicas y no en la casa, jefatura de familia con apenas educación primaria y categorías laborales con predominancia por parte de vendedores ambulantes y militares.  Aquí se concentra alrededor del 41% de la población”, dice la investigadora.

Torres indica que estos  datos  llevan a concluir que el nivel de riesgo en la República Dominicana afecta casi al 80% de las familias, las cuales están entre los estratos vulnerables y muy vulnerables.

El dossier además resalta que los estratos, a diferencia de las mediciones de pobreza, permiten ver claramente dónde están los riesgos de las familias y supera las limitaciones numéricas que no reflejan inequidades que ponen muy cerca del abismo la vida de las personas. 

Y es por esto –dice- el dominio de las decisiones de políticas públicas en procura del bienestar no debe estar atado a una simple línea de pobreza que esconde tantos riesgos cotidianos y tanta exclusión, dijo la conferencista.

Manifestó que el Centro Bonó propone declarar en estado de emergencia los tres ámbitos geosociales que tienen predominio de hogares en riesgo extremo que lo comprender en primer lugar con un 70% de familias en riesgo extremo las provincias El Seibo y Bahoruco.

El segundo ámbito, con un 64% de familias en riesgo extremo que lo constituye solo Pedernales y el tercer ámbito, con 62% de familias en riesgo extremo, que  abarca Monte Cristi, Dajabón, Santiago Rodríguez, Elías Piña, Independencia y San José de Ocoa.

Apunta que estos ámbitos deben convertirse en el centro de atención de las Políticas Públicas pues por su característica de tener poca población y estar alejada de los centros urbanos. Han estado sometidas durante décadas a un estado de abandono con escasa o nula inversión pública y privada.

Estos lugares –señala- se encuentran entrampados y víctimas de una muerte lenta por omisión.

Dice que esta situación amerita una intervención política integral que resuelva de raíz los problemas de vivienda y educación, factores determinantes para el cambio de estrato combinado con la provisión de servicios de calidad y además la implementación de políticas productivas capaces de generar empleos dignos. El Estado tiene que poner los medios para poner fin al apartheid social que está creando y devolver a la gente la opción de vivir frente a la condena a morir.

Destacó que los países de América Latina que participan en la investigación son: México, Chile, Colombia, Uruguay, Venezuela, Perú, Ecuador, República Dominicana y Brasil, en este último fue presentado el documento en el 2011, el mismo auspiciado por la agencia internacional Konrad Adenaver Stiftung.

Foto de familia: Augusto Valdivia

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