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Obra tetral “La luz de un cigarrillo” de Marco Antonio Rodríguez triunfa en Argentina

La magistral obra de esta presentado desde el 14 de Mayo en el Teatro La Mueca.

 

Argentina- La Luz del Cigarrillo una obra espectacular del dramaturgo dominicano, Marco Antonio Rodríguez conquistó al público de Argentina y continúa con éxito en el Teatro "La Mueca”. En “El Rincón de Isolda”, el creador de la obra nos cuenta cómo La Luz conquistó al público Argentino La magistral obra de esta presentado desde el 14 de Mayo en el Teatro La Mueca.

SINOPSIS. Luz, una dominicana inmigrante en Nueva York, espera en casa a su hijo Julio César quién regresa después de 5 años, para asistir al velorio de su padre. Julio César decidió ser actor en contra de la voluntad de su madre y necesita desesperadamente encontrar alguna pista que le aclare su pasado, su origen. Luz es profundamente machista, reniega de su país, de su familia.

En medio de esta compleja relación madre – hijo, aparece Divina, hermana de Luz. Una mujer orgullosa de ser dominicana, amante de la música, la comida y los hombres. Durante dos noches, esta familia intenta reencontrarse con un pasado que está lleno de secretos, prejuicios y dolor por la pérdida de la patria y los amores.

PALABRAS DEL DIRECTOR

¿Por qué traer a Buenos Aires “La luz de un cigarrillo” (Ashes of light)?

Esta obra es costumbrista, cursi y pasionalmente latina, así defino a nuestro nuevo proyecto teatral. Con una temática muy intensa y visceral, cuando se trata de las raíces e identidad humana.
Si bien el conflicto transcurre en Nueva York y le pasa a una clase social determinada, latina, es totalmente actual y universal. Esta población de inmigración que muestra la obra no tiene la misma condición social de los sectores que emigraron de la Argentina.
Una de las diferencias, por ejemplo, sería sociológica, porque el peronismo pregonaba ni yanquis, ni marxistas. Pero el conflicto sí es común y lo padecen todos los migrantes. Es universal como la identidad misma.
Con la tecnología y la sociedad de consumo, vertiginosa, sedienta, nuestras necesidades básicas reales han ido perdiendo autenticidad. El deseo e inconformismo del humano han aumentado de tal forma que desvirtuaron nuestra esencia e identidad. Vamos en búsqueda de una sociedad exitista material, carente de valores, más que el capital desmedido de un sistema que falta el respeto a nuestras necesidades básicas.
Cuando las necesidades vitales de supervivencia no están cubiertas y la vida misma está en juego, el humano desespera para tratar de preservar ese derecho vital y único… ¡Ahí están los migrantes!
Cuando emigramos pensamos que podemos estar mejor. A veces tomamos esa decisión con un dejo de ingenuidad y otras de necesidad real y relacionada con nuestra vida psicoafectiva.
Siglos atrás el destierro era el castigo máximo, hasta para los actos más criminales. Empecé a revalorizar el dolor, el verdadero sentido de que a uno lo echen, sea cual sea el motivo.
Nos privan de la identidad misma, nuestra historia, nuestros olores y sabores. Algunas razones son más siniestras que otras. ¿Cómo se puede juzgar el derecho a la vida? ¿O a que nuestras condiciones de vida sean aceptables? ¿O a preservar nuestra ideología y ser respetados por eso? El mismo Sócrates ha defendido el derecho a su lugar a sus raíces.
Sin embargo, una vez que decidimos emigrar, recién con las generaciones futuras lograremos un núcleo de pertenencia genuino. Un ciudadano de primera en todo sentido.

¿Hay satisfacción en nuestro imaginario? Y… muchas veces debemos aceptar lo que nos toca vivir, pasar por todas las emociones que requieren los procesos de adaptación y aceptar que un hecho de esta naturaleza, necesariamente cambie nuestra historia.
Se decidió en esta puesta conservar el acento dominicano, no sólo por lo exótico que nos muestra el aspecto costumbrista de las raíces latinas en un medio diferente, sino para llevar a cabo un trabajo más complejo, en cuanto al abordaje de los personajes, desde el otro lugar como director.
Se trabajó con dos coach actores dominicanos, que me ayudaron a comprender el “ser” dominicano, y así acentuar el humor de la pieza. También hubo adaptaciones para intensificar las fuerzas del conflicto.

Bailemos al ritmo de merengue… aunque se nos caiga el mundo. De eso se trata el texto teatral tan actual de Marco Antonio Rodríguez, obra multi premiada en el teatro independiente de Nueva York. Espero que mi trabajo pueda estar a la altura del texto. Tolstoi dice: "Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, y de eso se trata esta obra.

Desde el 14 de Mayo
Funciones: Sábados a las 20:30hs
Teatro La Mueca, Cabrera 4255 – 4867 2155
Localidades: 200.-
Entradas a la venta en Plateanet 5236 3000
2x1 Club La Nación

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