Informó que la mejor evidencia es que durante los últimos dos años, la carne del pollo fresco ha mantenido precios promedios globales de 43.00 y 44 pesos entre supermercados grandes, supermercados pequeños, colmados y mercados, manteniéndose variaciones poco significativas en los precios internacionales de los commoditties, que inciden en los costos de producción de este rubro.

Conforme a los datos levantados por Pro Consumidor a través del monitoreo de precios de los productos básicos de la canasta familiar, realizado diariamente por la Sección de Encuestas, en el año 2010 los precios promedios globales de la libra de carne de pollo fresco, oscilaron entre 42.56 y 46.05 pesos. En el año 2011, el comportamiento de los precios se mantuvo entre 43.61 y 47.94 pesos.

Pro Consumidor entiende que el incremento registrado a partir de mayo 2012, no se corresponde con las razones presentadas por algunos productores que incluyen como una de las variables que inciden en sus costos, las inversiones fijas que en muchos de los casos, ya han sido depreciadas.

La intervención de Pro Consumidor en el tema, obedece a que en el mercado se ha estado encontrando precios al consumidor de hasta RD$65.00 la libra, lo que evidencia que existe especulación en algún eslabón de la cadena de comercialización del producto.

En otro orden, al referirse al manejo de los precios de los llamados “commoditties” a nivel internacional, la entidad entiende que si bien es cierto que en algunos casos se han presentado ligeros incrementos, que oscilan entre un 3 - 4%, los mismos resultan poco significativos y no justifican las alzas desproporcionadas de este producto, además que en los últimos meses los precios han estado en descenso.

Desde inicios del mes de junio, la institución ha estado realizando un proceso de diálogo con los diferentes actores de la cadena de producción, distribución y comercialización de la carne de pollo, tratando de lograr un precio de referencia que le permita actuar contra la especulación, labor que ha sido continuada por la Comisión Permanente de Agricultura  de la Cámara de Diputados, la cual se ofreció para mediar y continuar trabajando en la búsqueda de una solución  consensuada que permita que este producto llegue a un precio razonable y justo, al consumidor.