La pluma de Miguel Cervantes, engendró "El Quijote de la Mancha", la más emblemática figura de la literatura hispánica. El pincel del maestro Pablo Picasso, parió las diferentes imágenes descritas por Cervantes en la legendaria novela de caballería. Siglos después, Claudio Pacheco, montado en un Rocinante bayo cargó con el cubismo y de esa simbiosis salió un Quijote colorido. El Maestro colmó de colores y alegría al caballero de la triste figura.