El caos se apoderó de la Ciudad Colonial de Santo Domingo por una gran afluencia de personas, en su mayoría jóvenes de barrios populares, convocados en las redes sociales a disfrutar del desenfreno por algunos negocios de bebidas y tiktokers a una fiesta de Halloween que terminó en pleitos entre grupos, que según versiones de testigos, consumían drogas y escuchaban música a alto volumen en las calles, llegando a vandalizar vehículos y propiedades, poniendo en sosobra a residentes, comerciantes y turistas hasta altas horas de la madrugada.