Llevar la historia al escenario, comporta de riesgos. Se pueden tomar hechos reales del pasado, pero si la adaptación no corresponde a lo que fue, si no se apegan a los acontecimientos, si no se enfocan con el respeto y no se logra una óptica que logre la combinación aceptable o perfecta entre lo artístico con los hechos, exponen a los creadores al rechazo, la reprimenda social o la burla.