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La fiebre del ámbar azul

En la mitad del siglo XIX ocurrió en California, Estados Unidos, la llamada fiebre del oro, "un periodo de migración apresurada y de forma masiva de trabajadores hacia áreas más rústicas...abandonando sus empleos y modos de vida convencionales en busca del oro" (*) (Observaciones de viaje a El Valle).

 

Por Oscar Hungría

En la región de El Valle, Hato Mayor está ocurriendo actualmente un fenómeno parecido que bien podría llamarse la fiebre del ámbar azul.

Muchos dominicanos se están trasladando a la zona y poblado El Valle, situado entre Hato Mayor y Sabana de la Mar. Estos provienen no solo desde la  provincia Hato Mayor, sino de toda la región Oriental y del Cibao -entre ellos, los amberos de Santiago-, para trabajar en la extracción y la comercialización de la piedra. Y las gentes del pueblo -no solo quienes lo hicieron desde el primer boom en los setenta- han incorporado a su quehacer habitual la búsqueda o la compra-venta del ámbar; desde el pulpero en la orilla de la carretera y el agricultor minifundista de víveres y cítricos, hasta el rico heredero de tierras ganaderas; desde médico del centro de Salud Pública hasta el "papichuli" del pueblo. Todos están afectados por la 'fiebre del ámbar azul'...porque unas cuantas piedras sin pulir, pueden hacerte millonario de un día para otro.

Si bien en las minas de El Valle se encuentran los distintos colores del ámbar –rojo, amarillo, verde, azul- la pujanza del mercado de China por el ámbar azul es la causa de un nuevo 'boom' y de la 'fiebre' actual. Ubicada en la llamada "falla de Yanigua" que viene de Bayaguana -en la contigua provincia de Monte Plata-, al borde del Parque Nacional Los Haitises, la zona de El Valle es privilegiada en ámbar azul, tono que le da a la piedra, según especialistas, la presencia de un gas.

El modelo de negocio

En el 2014, la extracción de la piedra se sigue haciendo con el mismo método primitivo con que se inició en el primer 'boom", hace 4 décadas; es decir, en base a un fuerte e intensivo trabajo humano, a pico y pala, con cubetas haladas hasta la superficie con sogas por una 'yunta' humana; sin mecanización ni tecnología, sin seguridad laboral ni social.

Los dueños de tierras con minas –grandes, medianos y pequeños- o: 1) las venden caras -por decenas de millones-; 2) las explotan ellos mismos; 3) las arriendan.  Para

Wikipedia

esto último, el propietario de la tierra inicia la apertura de hoyos que 'venden' a los 'inversionistas', quienes financian la profundización y explotación de los mismos. El arrendamiento de un hoyo llega a costar hasta RD$ 300,000.00. Los hoyos se abren continua e indiscriminadamente, sin criterio técnico ni un plan, poniendo en riesgo el futuro de las minas.

El inversionista se asocia o contrata un "jefe" o "administrador" del hoyo, quien dirige una brigada de trabajadores "hoyadores" y "paleros". Una brigada tiene en promedio 10 trabajadores varones –en su mayoría, jóvenes menores de 30 años-, más una o dos mujeres que se ocupan de preparar 'in situ' la comida de la brigada, al lado del hoyo.

La jornada de trabajo es 8 a.m. a 5 p.m. La mayoría de los trabajadores duermen en el pueblo y se trasladan diariamente en motocicletas propias hasta las minas; apenas 1-2 de la brigada duerme en el mismo lugar de trabajo. Siendo un trabajo 'duro' y 'sucio', es notorio el hecho de que la mayoría de los trabajadores son dominicanos, observándose apenas un 10-20% de mano de obra haitiana; lo que se explica por los altos beneficios económicos que reciben los 'amberos', a diferencia de otro sectores productivos donde predomina la mano de obra haitiana. Mientras se abre y profundiza un hoyo, en las dos a cuatro primeras semanas, los trabajadores solo reciben la comida y el combustible; "comemos bien, no se pasa hambre".

Solo cuando encuentran la veta y extraen la piedra, reciben pago en efectivo: por cada onza de ámbar azul extraído, la brigada recibe del jefe del hoyo $40-50 mil pesos, que son repartidos entre todos los miembros de la brigada, o sea que cada trabajador recibe de 4-5 mil pesos por onza, pudiendo acumular en una semana cifras desde $10-12 mil hasta $100-200 mil pesos mensuales por persona; cuando la ganancia es alta, generalmente el trabajador abandona temporalmente el duro trabajo y se dedica "a bebé", "a goza", ...hasta que gasta o invierte el dinero y vuelve a la mina. Se ha hecho una costumbre de algunos inversionistas celebrar el hallazgo del ámbar azul disparando tiros al aire.

Una regla del trabajo es que "hoyadores' y "paleros" bajan al hoyo sin pantalones con bolsillos sino en licra o calzoncillos, para evitar de que se apropien individualmente de piedras valiosas; cuando uno es sorprendido 'robando' una piedra 'se calienta' y pierde el trabajo; puede que no lo descubran 'in situ', pero de algún modo se enteran cuando hace la venta en el pueblo.

Por la onza de piedra que se paga hasta 50 mil pesos a la brigada en la mina, el jefe del hoyo y/o el inversionista la venden por $60-80 mil pesos en el mercado del pueblo, donde el parque se ha convertido en una especie de "Ámbar District", ya que casi todos los que se dan cita allí están involucrados en la actividad de la compra-venta del ámbar. Esta actividad ocurre también en los comercios que suplen insumos para la actividad 'ambera' y en cualquier comercio o casa del pueblo o la carretera pues, si bien el azul es el más preciado, todo color y tipo de ámbar tiene demanda y se vende: la marifinga, la trilla, el maco, aunque a precios mucho más bajos que la piedra azul. Existen también grandes acopiadores locales y hay presencia de jóvenes nacionales chinos actuando en los diferentes roles de la cadena de valor: comerciando, comprando tierras, invirtiendo en hoyos.

El impacto económico y social

La búsqueda y comercialización del ámbar ha vuelto a dinamizar la economía local de "dos años para acá". Un experto en la materia estima que actualmente en la zona El Valle, en torno a la actividad minera, se mueve un volumen "de 200-300 millones pesos mensuales".

El impacto económico y socio-cultural se puede observar sobre todo en los siguientes renglones:

· Creación de empleos y generación de ingresos. Aunque precarios e informales, la actividad ambera está creando numerosos empleos y generando ingresos, algo que no ofrecen ya las dos grandes empresas agroindustriales de la zona, INDUSPALMA (palma africana) y BARCELO (naranjas); mucho menos la agricultura tradicional de víveres y cítricos ni la talabartería y la artesanía de macutos y árganas, todos juntos. Una estimación de técnicos del gobierno arroja la cifra de un millar de trabajadores en las minas actualmente, aunque algunos amberos considera que el número es mucho mayor.

· Disminución de la delincuencia. Concomitantemente con la creación de empleos "se siente"  la disminución de los actos delictivos en el pueblo y en la zona. "Estas minas tienen contenida la delincuencia" afirma un chofer de Nagua, que ahora trabaja en una mina.

· Aumento de la demanda a suplidores. "Antes, un saco de arroz duraba hasta dos meses en venderse, ahora se venden 3 y 4 sacos al mes" dice la dueña de uno de los colmados que suplen los alimentos diarios a los amberos; antes eran víveres –ñame, plátanos, yuca-; ahora, además del arroz, habichuelas y guandules, chuleta, pollo y salami, harina de trigo y aceite. Cada mañana, antes de trasladarse a las minas, las brigadas de amberos adquieren en los colmados los alimentos frescos que les cocinaran en el lugar de trabajo. Esta compra se hace a crédito, con el aval del inversionista o del jefe del hoyo, quien se ocupa de pagar semanalmente los alimentos despachados.

· En los fines de semana, colmados, bares y terrazas han aumentado la venta de ron, wiskhy y otras bebidas más caras que el vino moscatel "Caballo Blanco", la bebida que más se vendía antes del 'boom'.

· Las agencias han incrementado la venta de motocicletas, que es el medio de transporte de los trabajadores, hacia y desde las minas. También es notorio en el pueblo la presencia de nuevas camionetas y carros de marca, pertenecientes a actores locales, de mayor jerarquía, en la cadena de valor del ámbar.

· La única bomba de gasolina del pueblo está vendiendo combustibles como nunca antes.

· Ni hablar de los suplidores de equipos y materiales de trabajo para la extracción de la piedra –lonas plásticas, soga, botas de goma, picos, cubetas, etc.-; por la estrecha interactividad, uno de estos suplidores se ha convertido en uno de los mayores compradores-vendedores de ámbar del pueblo ("Cepillin")

· Mejora de la vivienda. También es notorio en el pueblo  la mejoría y construcción de viviendas clase media y media-alta, por actores de mayor jerarquía en la cadena de valor.

El boom ha llamado la atención de la Dirección General de Minería, Ministerio de Energía y Minas, cuya División de Pequeña Minería esta levantado un estudio cuantitativo e inventariado unos 90-120 hoyos y 1000 amberos en las principales minas de la zona.

Amberos locales, sin embargo, creen que el número de amberos y de minas, en toda la zona, es mayor y temen que el Gobierno va a intervenir para regular y controlar la explotación de las minas.

(Para profundizar el conocimiento del impacto y los cambios económicos y socio-culturales que están ocurriendo en la zona, es necesario:

1.    Obtener una copia del estudio recientemente realizado por la División de Pequeña Minería de la Dirección General de Minería, (ya solicitamos a Valentín Guerrero hacer una gestión oficial del mismo).

2.    Realizar un levantamiento de información mediante entrevistas personales estructuradas a casos específicos entre diferentes actores de la cadena de valor. Entre esos casos a entrevistar deberían estar:

·  Patria Johnson y su hijo, Juan (Km. 25)

·   el Chino (Km.23)

·  Paulino (propietario de la Mina de las 7 Cañadas)

·  Silvio Cordero;

·   Dr. Alfredo Peguero (el doctor del pueblo)

·    Rodolfo Castillo (el papichuli del pueblo)

·    El Topo,(ambero pionero del Alto de la Piedra)

·    Otros inversionistas y trabajadores.)

Estas entrevistas servirán también para mostrar en el libro el rostro humano y los matices pintorescos de la vida y las actividades de las personas involucradas en la cadena de valor del ámbar en El Valle.

OTRAS OBSERVACIONES RELEVANTES:

ü  La situación de amberos pioneros de la zona actualmente desplazados y abandonados a su suerte, sin seguridad social, como es el caso del ex síndico: Milciades Morel –quien prácticamente está a merced de la caridad y solidaridad de otros amberos- y el Topo, del Alto de la Piedra, quien ha vuelto a dedicarse a la agricultura.

ü  La propuesta de Jorge Caridad de "hacer una minería como debe ser", o sea, la modernización y mecanización de la extracción –con winches, trípodes, planta eléctrica, correas mecánicas, bomba de aire y agua; método de George) así como la apertura de galerías subterráneas (túneles) vs. la apertura indiscriminada hoyos como y donde quiera, que atenta contra la integridad y el futuro de las minas y el negocio.

ü  La visión de Jorge Caridad de que "le quede algo al pueblo", tangible, de interés general, colectivo, como sería un museíto local o un centro de interpretación de la minería del ámbar, que además de contribuir a la identidad cultural de los valleros, llenaría la función de atractivo para el turismo nacional y extranjero.

ü  Una personalidad del presente Gobierno que debería se integrada a estos esfuerzos es la nativa vallera y Ministra de Trabajo,  Maritza Hernández..

Oscar Hungría

Marzo 2014

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