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La formula ideal

Soy de los que creo que el pueblo dominicano está en la obligación y el deber de zafarse del actual estado de cosas que por desgracia de la vida está sometido y que al cuadro de actores principales de la película de misterio a la que le han obligado actuar y quieren convertirla en una secuela, debe dársele su castigo y no financiarle la segunda parte con  su voto.

Muchas son las personas que al igual que yo opinan que estamos ante la reencarnación del tirano sanguinario Rafael Leónidas Trujillo Molina, un tipo al que le llamaban "chapita" y que bañó de sangre los cuatro costados del país y que se atrevió a usar sus sangrientos tentáculos para osar llevar las acciones de su corazón maldito a tierras extranjeras.

Lógico, Trujillo resulta un niño de teta ante la figura superdotada de malicia, experta calculadora, mentirosa y farsante de Danilo Medina Sánchez, quien sin duda alguna resulta ser una mezcla de las partes malas de los presidentes que ha tenido el país y una que otras influencias de ciertos gobernantes extranjeros del pasado y el presente que han subyugado a sus respectivos pueblos.

Pensaríamos que el descalabro de la seguridad ciudadana en mi querida, adorada y venerada República Dominicana es parte de un plan para amedrentarnos, o quien sabe para ser usada esa deficiencia para obtener pingues beneficios solicitando préstamos para supuestamente dedicarlo a ese grave problema. Hasta me voy más lejos, para un sector vivir del negocio de la seguridad privada como en algunos países de centro y sur América. Todo es posible en nuestro país.

En el aspecto salud hay que preguntarse cómo es posible el retroceso en que ha caído el sistema nacional de salud, donde la deficiencia y la anarquía hace acto de presencia en la gran mayoría de los hospitales públicos donde solo se habla de remodelaciones de la plantas físicas pero no de cómo enfrentar las recurrentes enfermedades que agobian al pueblo. Más bueno que es así. Remodelación para conseguir  comisión y la salud del pueblo bien gracias.

Veamos entonces la parte que corresponde a la canasta familiar. Precios hacia arriba, sueldos hacia abajo. Todo sube sin control, crean crisis de productos para justificar las importaciones de estos a cargo de algunos compañeros del Comité Central que han visto en esa fórmula gansteril, la manera de acumular riquezas a costa del hambre del pueblo. Por Dios y que hígados tan ambiciosos es que tienen esos señores.

Ahora toquemos el tema de los carburantes. El fatal tormento semanal, dolor de cabeza de los que tienen que pagar los combustibles más caros, fruto de los altos impuestos a que somos sometidos, donde se denuncia que  en el Ministerio de Industria y Comercio existe una mafia corrupta que impide que los precios de estos lleguen a sus costos reales con el fin de beneficiar a empresarios que no pagan impuestos, lógicamente, empresarios adeptos al régimen peledeista. En pocas palabras el gobierno engaña al pueblo con tarifas confusas.

Continuando haciendo una radiografía de lo que sucede en el país dominicano de todos y no de unas 45 personas, como quieren hacer parecer, es penoso ver como a diario aparecen casos de corrupción comprobables pero no sujetos a ser juzgado porque la justicia es dominada por "los papaupas de la matica", "los controladoresdetodo.com", los que imponen su santa voluntad sin importarles un comino lo que diga el pueblo, que caramba le importa a ellos el pueblo, lo de ellos es amasar fortunas cueste lo que cueste. María Santísima.

Debemos concluir, por favor sin derramar lagrimas, que los dominicanos y dominicanas no nos merecemos lo que estamos pasando, no es justo tanta iniquidad en contra del pueblo, no se puede continuar por ese camino lleno de podredumbre moral que nos muestra la otrora organización ejemplo en Latinoamérica y que hoy han sobrepasado los niveles de corruptela, llevándonos a ser el hazme reír de todo el mundo.

Es urgente el cambio, se necesita un cambio, los peledeistas deben dejar de esparcir su hedor nauseabundo del cloroformo de la corrupción y la pestilencia que emana de su arrogancia arraigada. No podemos seguir así, hay que enderezar el rumbo torcido.

Para eso, hay que vestirse de la humildad necesaria y conformar un frente encabezado por el Partido Revolucionario Moderno, el partido que ha dado muestra fehaciente de querer desalojar al Partido de la Liberación Dominicana del poder, hay que forjar en torno a la candidatura del licenciado Luis Abinader el mecanismo idóneo del cambio autentico. Unidos podemos lograrlos, solo así, la oposición sensata aglutinada a favor del pueblo, sería la formula ideal.

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