Publicidad

Las elecciones de 1962 y las conspiraciones para impedir el triunfo de Juan Bosch

Golpe primero y elecciones después. Rodríguez Reyes y Bosch. El asesinato del general Rodríguez Reyes, un complot bien planeado. Golpe primero y elecciones después. Rodríguez Reyes y Bosch. El asesinato del general Rodríguez Reyes, un complot bien planeado.

Analizando la estructura del crimen en el régimen de Trujillo y consciente de que esa estructura seguía intacta luego de la muerte del tirano, y siguiendo  el curso de la historia, en los sucesivos gobiernos, (excluyendo al de Juan Bosch), las secuencias de los asesinatos políticos, nos atrevemos a "interpretar" que los acontecimientos que provocaron el asesinato del general Rodríguez Reyes, fueron consecuencias de la simpatía de este con el profesor Juan Bosch; lo que lo convirtió en el objetivo de una una trama  de parte del gobierno del Consejo de Estado, y/o, por algunos o alguien muy poderoso de los integrantes de ese gobierno.


¿Qué causó la trama para la emboscada de Palma Sola y el asesinato del general Rodríguez Reyes?

La identificación del general Rodríguez Reyes, con el candidato del PRD, profesor Juan Bosch, fue de tal magnitud que este, antes de las elecciones lo visitó para informarle de un complot gestado por miembros del Consejo de Estado que pretendían prolongar ese gobierno por un año más; y uno de los miembros del Consejo le invitó a dar un Golpe de Estado.

El general le hizo creer al complotado que estaba de acuerdo, pero le informó a Bosch que él ni las Fuerzas Armadas se prestarían a eso. (Ver Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana, Juan Bosch pág.129-130).

Señala Bosch que : "...el general Reyes, era inspector de las Fuerzas Armadas y el único entre los generales que tenía condición de líder". Era un militar que se ganó sus rangos desde el nivel más bajo, porque entró como guardia raso y era respetado en toda la institución.

Celebradas las elecciones el 20 de diciembre del 1962, quedó en los miembros del Consejo de Estado el sabor de una amarga derrota, sospechada, pero no esperada, porque se hizo de todo para que el profesor Juan Bosch perdiera.

El triunfo arrollador no detuvo los planes golpistas, pero la acción del general Reyes no sería perdonada por su "traición", al consejero que le propuso el golpe;  así como por los demás miembros implicados, del Consejo de Estado. 

Hasta esa visita, ningún general, fue donde  Bosch, para contarle algo tan delicado como el plan que se gestaba. Con el que sí habló varias veces, fue con el coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, del cual dijo que : "era el dominicano que más le había impresionado". Los generales formaban una élite aparte de la oficialidad y, es Reyes el único que se acerca al candidato contrario al gobierno de turno; para servirle una confidencia tan delicada en la que él, hizo creer estaría de acuerdo, pero que muy pronto se dieron cuentas de que este no apoyaría los planes macabros de algunos consejeros.

Corría el rumor en las Fuerzas Armadas que de resultar ganador, Bosch nombraría en la jefatura de ésta al general Rodríguez. Algo que luce muy lógico por dos razones: la primera es que este general era contrarío a los chanchullos, y al reunirse y explicarle a Bosch el plan del Golpe de Estado, quedaba ya como un hombre en el que el presidente podía confiar. Y la segunda, porque es el único general que apoya a Bosch y quien reconoce que era un oficial muy respetado en las Fuerzas Armadas. Esto indica que para los planes de la reacción, Rodríguez era un obstáculo. 

La trama y el Coronel Caamaño

(La masacre de Palma Sola)

Es Claudio Caamaño Grullón quien relata lo siguiente:

"En la madrugada del día 26 a un día y hora de la toma de posesión del presidente electo, Juan Bosch, recibí inesperadamente la visita del coronel Francisco Caamaño. Al encontrarnos en el recibidor, me pidió que lo llevara a un sitio seguro donde poder hablar”.

“Lo encontré serio, muy tenso, la camisa llena de sudor. Me dijo que venía de una reunión en la que participaron oficiales generales y oficiales  superiores de los diferentes cuerpos; reunion en la que participaron junto a personalidades civiles de alta investidura. La reunión era para impedir la toma de posesión de Bosch como Presidente Constitucional de la República”.

“Dijo que una minoría de los reunidos estaba opuesta a tal despropósito, incluyéndose él. Que habia planteado en la reunión, que si esas eran las intenciones, para qué se hicieron las elecciones generales más democráticas y limpias en la historia de la República Dominicana, que eso sería como una burla a los dominicanos y a los múltiples invitados extranjeros. Salir con un disparate así,  que eso era una vagabunderia. Conociendo, como conocía a Caamaño, me di cuenta lo molesto que estaba llamando vagabundos a sus superiores”.

Esta confidencia de Claudio Caamaño, confirma los planes de los sectores golpistas contra el presidente electo y el propósito de impedir la toma de posesión, aún con la presencia de numerosos delegados internacionales. Es claro que el hecho produciría una masacre en el país.

Para el presidente Juan Bosch, el asesinato de Rodríguez Reyes constituyó un terrible golpe para sus planes de transformar a unas Fuerzas Armadas, formada a imagen y semejanza del tirano y es con ese general y con el Coronel Fernández Domínguez y  otro reducido grupo de militares, que daría los pasos necesarios hacia esa finalidad.

Su indignación la mantuvo oculta, solo al presidente de la Cámara de diputados le manifestó ese dolor y el coraje que sentía ante ese crimen. Es Molina Ureña que lo relata en la página 64 de su obra: "Mis Memorias", cuando viajó a Estados Unidos y se reunió con el presidente, antes de de la juramentación del mismo: 

“En esa ocasión  hizo un aparte conmigo, pues quería saber los pormenores de la matanza de Palmasola, ocurrida el día 29 de diciembre de 1962. Les reseñé de lo que se decía, sobre todo lo relativo al asesinato del General Miguel A. Rodríguez Reyes, a quién estimaba mucho y se tenía como seguro ministro de las fuerzas armadas. Me preguntó sobre la participación del Coronel caamaño. De pronto  sus ojos se fueron tornando de azules a rojos y ví como tuvo que llevarse el pañuelo a la nariz, pues brotaba sangre de ella. Se excusó conmigo, diciéndome que tal cosa salía pasarle cuando le daba coraje alguna injusticia cometida, justo al tiempo que expresó con  rigor poniendo su mano sobre mi hombro: "te digo que las pagarán, José Rafael ese crimen no se quedará impune". 

Así era el presidente Bosch, sin saña ni odio, pero tampoco olvido. Un hombre justo y consciente del papel que tenía que jugar por adecentar y liberar a su patria de las ataduras que dejó la herencia y costumbre de un régimen criminal, sustituído por el Frente oligárquico, creado por el Departamento de Estado.

Algunos elementos o indicios que confirman el complot

No se explica que a tan solo 8 días después de las elecciones, el Consejo de Estado decidiera poner fin de manera represiva a un campamento religioso que en nada atentaba contra la seguridad del Estado. En esta acción se unieron varios factores entre los que dominaron el político y el religioso. En el gobierno del Consejo estaba un cura católico que sentía un celo descomunal por la competencia que le hacían los predicadores de Palma Sola, y sin embargo, ellos no eran hostiles al catolicismo; y en cuanto a lo político se llevaban de paso al general Reyes y le creaban una crisis al nuevo gobierno, pero también se quitaban de encima a un hombre (único general) que estaría contra la conspiración y el golpe que darían siete meses después. 

La trama se analiza hoy con algunas preguntas claves:

Primero: 

¿Por qué enviar a un general para un caso como ese cuando se podía enviar a un oficial de menor rango?

Segundo:  

La versión es de que quien iría, en principio, sería el general Imbert Barreras, pero que a última hora lo sustituyeron por Rodríguez Reyes. Algo huele mal ahí, si recordamos que fue un miembro del Consejo, quien le propuso dar el Golpe de Estado al presidente electo. Proposición denunciada por el general Reyes.

¿Cómo no creer que ésa fue su sentencia de muerte?

¿Y, si según, como afirmó Claudio,el coronel Caamaño se opuso a los planes en la reunión mencionada, no sería esto para él también una sentencia de muerte? 

Esto se deduce, porque el coronel Caamaño salvó su vida por la astucia y valentía demostrada. Incluso salvó también la vida de su compañero de armas, el coronel Guillermo Guzmán Acosta.

Es tan sospechoso el cambio de última hora que nos lleva a pensar en un ardid bien planeado en el que la figura de la futura Junta de Reconstrucción Nacional del año 65, no fue sorprendido.

El general Rodríguez Reyes era admirado y respetado en las Fuerzas Armadas, por su conducta. Por su actitud ante sus superiores y subalternos. Militar puro y pulcro que llegó desde simple raso a general. Un hombre que de no ser asesinado hubiera estado dentro de los "Militares del pueblo y los Soldados de la libertad", como los nombró el presidente Juan Bosch, en la revolución constitucionalista del 1965. 

Ahí estarían hermanados Rodríguez Reyes, Fernández Domínguez, Francis Caamaño, Montes Arache, Lachapelle Díaz, Olguin, Marte Hernández, y todos los que se cubrieron de gloria al enfrentar al Frente oligárquico y al pentagonismo.

 

F.S.

Información adicional

volver arriba

Secciones

Noticias Regionales

Nosotros

Síguenos

MunicipiosAlDia Alianzas