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Nuevas estéticas se perciben en el cortometraje dominicano

Nuevas  estéticas se percibieron en los seis cortometrajes dominicanos presentados en la XV Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, vinculadas al cultivo del talento por la vía de la formación académica en el extranjero y la pasión por avanzar hacia una visión del arte que caracterice este quehacer, le otorgue ciudadanía mundial y supere cuantas limitantes muestra la industria.

El pase de estos cortos en la XV Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, abarrotado de gente al punto que los organizadores tuvieron que cambiar de sala en Fine Art´s a la mas amplia de todas las disponibles, mostró las tendencias y perspectivas, prometedoras, presentes y válidas  visiones del cine,  apuntando  hacia el punto inconquistable hasta el presente: la  anhelada identidad múltiple de un cine dominicano, con raíces  y vocación global.

El gusto, el amor, el estudio y la pasión por el cine  nacional,  logran más o menos el premio necesario a que se hacían acreedores quienes saben de cine y mantienen posturas críticas que se levantan, con razón o sin ella, a las producciones de la naciente industria del cine nacional. Lo vivido, tras la proyección de los seis proyectos, implica mucho más que la complicidad  incondicional de familiares y allegados.

Así vimos las producciones:

LA CUCARACHA (To Kill a Roach) . Laura Gómez, (Guión, Dirección y protagonista), una producción de corte hiperbólico que utiliza el tema del clásico pánico femenino a las cucarachas para dibujar  el cuadro del amor de la mujer afectado por la deformación emocional masculina. Una perspectiva del amor en deficiencia trazada desde una parábola inocente.  Buen manejo de los aspectos de montaje, dirección de fotografía y valides en su concepto. Una verdadera revelación de Laura Gómez, actriz nacional radicada en New York, donde  acaba de hacer estudios de dirección en la Universidad de NY. Este fue su trabajo de graduación y que ha resultado seleccionado por su calidad a varios festivales y eventos especializados. Una perspectiva crítica a la violencia no expresa de hombres que no saben apreciar el valor de las mujeres y que sólo podía ser denunciada por una directora inteligente  persistente y sensible, tal cual se revela la Gómez.

Un corto ganador

Campeón (Mijail Peralta), Rodado los días 7, 8  y 9 de diciembre pasado en las verdes laderas de un Miches distinto al de sus playas potencialmente promisorias y punto de partida de las yolas de la emigración gris a Puerto Rico, es uno de los trabajos de mayor consistencia pariendo de su concepto y de la consistencia de sus talentos, particularmente de su protagonista Johnnie Mercedes, un actor de un potencial que excede lo que puede mostrar en comerciales bancarios. Peralta es uno de los directores jóvenes de mayor seriedad en el abordaje de sus temas y lo muestra con el agudo criterio con que, sin caer en panfleto, expone un tema social que pudo haber sido tan manido como previsible,. Giovanni Cruz, en sus brevísimas líneas, deja sentir su peso histriónico.

Arte visual exquisito

Aquella que va sobre zancos  (Francisco Montás). Una revelación de estética conceptual y visual. Un poema gráfico cargado de ternura y soluciones asertivas. Es el mejor de los trabajos cortos acometidos por este prometedor joven director, despertando un horizonte de ricas miradas hacia un cine necesitado de identidad propia. Una joya interpretativa y visual.

El final

The End (Víctor González) Un rejuego intelectivo sobre la relación de quien escribe, sus historias y sus personajes. Una trama despojada de localismos para asumir unos valores sobre la creación literaria, en la cual conforman valores tanto sus efectos visuales impecables, como por sus textos invitantes al ejercicio de la imaginación subjetiva en el marco de los mecanismos de vida y ciclos de los personajes de la historia. Un gesto de universalidad apoyado en buena técnica. Sorprendente el director que se apoya en las habilidades de su equipo (particularmente en fotografía, edición, sonido y efectos especiales) para dejar claro que el cine nacional tiene posibilidades de expresión insospechadas.

El Seno aquel

El Seno de la Esperanza (Freddy Vargas), el director de más largo ejercicio en los cortos presentados, toma un tema social,  de una carga emocional que explota a partir de la actriz que está tornándose en la principal figura femenina del cine de estos momentos. Cheddy García, hace una estimulante versión para el cine del gesto de solidaridad de Sonia Marmolejos – la madre dominicana recién parida que acudió al Hospital Darío Contreras donde amamantó niños haitianos heridos en el terremoto del  10 de enero  del año 2010 con la sola expresión final que congelada en primer plano y sustentada con música y textos escritos para rasgar las venas, deja escapar las lágrimas del espectador más parecido en su emotividad, a la pesada inexpresividad de las piedras. Llevar ese trabajo a un largometraje, por lo que implica propiciar una corriente de hermandad entre ambos pueblos que comparten una isla del Caribe.

Mejorar, mejorar

Mónica (Raymundo José) Es el corto del hubiéramos deseado mayor cuidado en su realización. Necesita de mayor trabajo en sus detalles, en su interpretación y de superar los esfuerzos fílmicos para elevar su impacto en tanto obra artística. No es que fuera el peor de los trabajos, pero si que resulta el más necesitado de consejería crítica a fondo, particularmente en los aspectos de fotografía e interpretaciones. Pudo haber sido mucho mejor. El director tiene potencial, pero con ello no basta. Debe ser el primer crítico de su trabajo y hacer conciencia de que no debe dejar huecos y desniveles en todo lo que lleva su firma.

Un consejo

Sería aconsejable asignar horarios más adecuados en fines de semana y que los cortos dominicanos tengan más de una proyección para la gente que no puede ir a la única función fijada.

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