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Mis observaciones sobre el parque del conservatorio

Luego de poco más de dos meses sin ir, volví hace dos semanas al parque y mi observación sobre el mismo es penosa.

 

Si me encantaría que nunca hubieran puesto la mano con sus estúpidas construcciones que solo benefician a empresas constructoras y a quienes reciben comisiones, para que yo y mi familia pudiéramos disfrutar dentro de la ciudad con lo más parecido a un bosque natural que teníamos en esta capital. Considero que se ha cometido un crimen.

Mi madre que ya tiene 90 años, puede caminar ida y vuelta a la iglesia en María Auxiliadora, andar por el barrio, recibir los saludos de todos sus vecinos y tomar todo el sol que le plazca por las calles y la playa, que mucho le gusta, sin necesidad de alegrarse porque tumben decenas de árboles de varias especies, umbrosos como los que más, refrescantes en medio de este calor sofocante que nos agobia, y que además albergaba cientos de aves, principalmente nidos de cotorras que durante un tiempo casi desaparecen. Mi madre lamenta mucho que el parque, el ZOOLOGICO Y BOTÁNICO al que junto a mi padre nos llevaba desde que yo tenía cuatro años, a mi y a mis tres hermanas... y luego a los otros cuatro que nacieron, y para quienes era este parque el sitio más acogedor del mundo.

Observé que el parque apenas conservó unos pocos árboles, es decir, de botánico ya no tiene absolutamente nada, y por igual observé las áreas de pasto... para pastar, imagino, y los jardines donde.. ¡Oh, obra del hombre! ¡ya el sol puede llegar... ¡qué favor le hemos hecho al sol!!... y por mi parte, cuando necesito tomar sol, solo tengo que caminar por esas calles desprovistas de arbolado porque se lo han cargado también. Ese sol, que tomado con moderación, evita que nos dé cáncer de piel, porque sol hay por todas partes en esta ciudad y este País.

Del área recreativa de niños, solo comento, "qué lástima que sigan idiotizando niños y niñas con artefactos de metal, cuando tenían árboles en los cuales subirse, o poner columpios de sogas, o "explorar" las cuevas Santa Ana y De Las Momias, y jugar a las escondidas, y pedirles a sus padres binoculares de regalo para observar a los pájaros, o desarrollar para la escuela trabajos de investigación sobre plantas, aves, escarabajos, culebras, diplópodos, murciélagos, mariposas y todos los animales que perdieron su hogar con semejante atropello a la naturaleza y el entretenimiento sano". Yo sí tengo niños pequeños: todos los niños dominicanos que se van quedando sin  espacios para formarse como verdaderas personas y no como estúpidos citadinos adictos a los "play station" y luego a la cocaína.

Que estén bien todos y podamos alguna vez ver que ha sido la naturaleza, con todos sus árboles y sus animales, la única que ha garantizado a la malagradecida especie humana llegar hasta donde está. Que permitió el desarrollo de todos los grupos, clanes, etnias, aldeas, pueblos y de todas las civilizaciones desde hace apenas 4 millones de años, y en apenas también 50 años le hemos causado más daño que las extinciones anteriores a la última glaciación universal. Y muestra de esto es este parque, que se mantenía viviendo de la manera más sana y armónica entre todos hasta que llegó un maldito a incluirlo dentro de sus planes de enriquecimiento particular.

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