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Hugo Chávez, camino a la santificación

Nunca se sabe con certeza como se crean los santos, figuras intermediarias entre Dios y los humanos, para la consecución de la fe, y también, para la protección y ayuda de los devotos en la Tierra y su preparación para la vida eterna, según la visión católica.

Lo que sí es cierto es que el proceso de la santificación pasa siempre por revelaciones, señales que aparecen y son interpretadas por las personas y los colectivos, dándole muchas veces carácter divino.

Hay un santo procedente de Venezuela que es adorado en muchos países, llamado Gregorio Hernández, quien fue médico y científico, desarrollando a lo largo de su vida, acciones en beneficio de los pobres.

Ahora está surgiendo con fuerza inusitada la adoración a Chávez, lo que podría aportar a ese país suramericano un segundo santo.

Todo empezó en el "23 de Enero" populosa barriada caraqueña donde los seguidores del fallecido presidente le han construido un altar, más bien una pequeña capilla, bautizada con el nombre de "Santo Hugo Chávez del 23", que se ha convertido en un sitio de peregrinación religiosa.

Este fenómeno ha sido precedido por revelaciones donde mucha gente dice haber tenido contacto con el espíritu de Chávez, entre ellos el presidente Nicolás Maduro, quien dio testimonio de que en un momento se le acercó un pajarito y le silbó, entonces él también le silbó diciendo "Si me silbas, yo te silbo", originándose en ese momento un contacto espiritual que Maduro relacionó con la presencia de su maestro.

En todo esto puede haber manipulación política, pero a veces nos encontramos con coincidencias que llaman poderosamente la atención y hacen dudar a los más escépticos.

En el último acto de campaña del PRD realizado en el puente de la 17, luego de la muerte de Peña Gómez, apareció un aura de luz en el cielo que permaneció visible varias horas, hecho que fue interpretado como la presencia del líder, que vino a bendecir y a dar la noticia de lo que sería el triunfo de su partido en las elecciones.

Más allá de las coincidencias, creencias o escepticismos, es un fenómeno psicológico normal que las personas a las que se le hayan muerto allegados con los que conviven, permanezcan durante un tiempo sintiendo los olores, los movimientos, las voces y el hálito de sus seres queridos porque hay de alguna manera una falta de aceptación de la realidad acontecida.

Entonces nuestra mente hace una proyección que puede ser pura imaginación y deseo.

Es lo que nos pasa al buscar desesperadamente a alguien en las calles o una multitud, todo el mundo se nos parece a la persona desaparecida y creemos verla a cada momento.

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