Si existe en la provincia de San Cristóbal una casa donde los amantes del arte pueden sentirse a gusto al visitar por el trato humano de sus dueños- plato fuerte de la casa –, también por aquellos tesoros que encontramos en cada rincón de la misma, ese hogar es la casa del artista plástico Marcial Báez.

Es como una caja donde puedes divisar un regalo desde que se abren sus puertas. Y es pareciera que Báez convierte en obra de arte todo objeto que toquen sus manos: botellas, cajas, corbatas, sogas, son de las cosas que este magnifico artista transforma con su sello distintivo para deleite de los amantes del arte que visitan su morada. Esto nos demuestra una vez más que nos encontramos ante un artista de tal magnitud que su visión creativa es tan amplia que pude ver arte en los objetos que cualquier ser humano común puede pasar por alto, demostrando este artífice de lo hermoso, que de los elementos cotidiano también podemos producir belleza.

La ubicación de los objetos; el colorido de los mismos y otras maravillas nos muestran el conocimiento de Marcial Báez de las técnicas y sus combinaciones decorativas. Las paredes todas adornadas con sus cuadros que recorren distintas temáticas desde lo taino, lo religioso, lo folklórico y otros de símbolos valiosos que son desahogados por las voces interiores del artista en el momento que en apoya el pincel en la tela.

Esta casa es un lugar que en ocasiones visito cuando quiero disfrutar de una exposición de buen arte o una amena conversación de cultura universal. Allí doña Cervantina y  Marcial Báez, nos abren las puertas con gusto a este maravilloso universo de lo fantástico.