Un elemento en común entre Andrés Marranzini, Rafael Blanco Tejera, y Simón Suárez es el cambio en los protocolos para el traslado aéreo, el alojamiento a distancia entre habitaciones y alimentación y las actividades y excursiones.

De entrada, Marranzini descartó la época de los hoteles completamente llenos con una multitud de visitantes asistiendo masivamente al buffet para almorzar o aglomerados para recibir tragos en el bar.

“El desayuno se llevará a las habitaciones, se alojarán en habitaciones no pegadas unas de otras, se evitarán los ascensores y en las instalaciones de cuatro pisos, se usarán solo dos pisos para instalar los visitantes” dijo el vicepresidente ejecutivo de Asonahores.

Si por casualidad alguien se enferma dentro del hotel, desde ya los hoteles cuentan con un consultorio que ofrece las primeras atenciones y dispone que hacer para manejar sanitariamente cada caso.

Se controlarán las actividades festivas en grupos grandes y se evitará al máximo el contacto de los turistas con el personal de trabajo y se establecerán estrictas medidas de bioseguridad.

En los restaurantes dispondrá una distancia entre mesas, con reservaciones contraladas para que no haya aglomeraciones para garantizar la satisfacción de los comensales.

Los directivos de Asonahores dieron sus declaraciones en un conversatorio virutal organizado por Adompretur, y moderado por su presidente José María Reyes.