Avistamiento de Ballenas Jorobadas en Samaná un espectáculo a disfrutar

Recorren miles de kilómetros para llegar a las aguas del mar caribe en República Dominicana, en busca de las calientes aguas que las invita a enamorarse, parearse, embarazarse y dar a luz.

Son las Ballenas Jorobadas, las que salen de las frías agua de los Estados Unidos, en busca de un lugar más frasco y cálido y esa zona es el Banco de la Plata, en Santa Bárbara de Samaná, un espacio donde por las calientas aguas del Santuario de Mamíferos Marinos, son excelentes para el apareamiento, alimentarse y dar a luz.

El recorrido se inició en el puerto de Santa Bárbara, desde donde zarpó un yate de mucha seguridad, con los comunicadores y personal de Medio Ambiente navegando por dos y horas y media en busca del objetivo, avistar las ballenas y sus crías, pero estas no se dejaron ver emergidas y solo las siluetas de ellas pudieron captar las cámaras de los fotorreporteros.

"Mira las ahí y cuando volteábamos a ver era demasiado tarde, solo pudimos observar su color verdigris de las madres y negra de los hijos", se relajaban entre sí, los periodistas, que ayudados por la médico bióloga marina, Elianny González, quien los ilustró sobre los motivos de la presencia de las ballenas, que miden unos 50 metros de longitud y pesan aproximadamente 50 toneladas, unas 100 mil libras.

El mar de la Plata es de unos 250 kilómetros cuadrados y en su hábitad cada año, llegan entre 350 y 400 ballenas, las que son celosamente cuidadas por el ministerio de Medio Ambiente.

Los atractivos de las ballenas lo constituyen los machos, que con sus silbidos, mugidos, crujidos compiten entre sí por aparearse con una hembra fértil, que puede ser cortejada en grupo que van desde tres a 20. Las aguas tropicales son excelentes para que los cetáceos realicen saltos mostrando la cabeza y las colas, las que aletean o simplemente flotan en la superficie.

El Santuario de los Mamíferos Marinos, un nido de amor en alta mar, está ubicado entre los Bancos de la Plata y la Natividad, en la Bahía de Samaná, en República Dominicana.

Durante la travesía del avistamiento de las ballenas, algunos periodistas, sufrieron malestar estomacal devolviendo lo que habían ingerido, provocado esto, por los fuertes oleajes de las aguas del Mar Caribe que estaba en su hora pico, hasta que regresamos a tierra firme en Samaná.