No era un rumor; tampoco una especulación. Los seguidores de Abel Martínez lo decían a boca llena: ganarle a Monchy Rodríguez será un guiso. Un manjar más sabroso de los que sirven los comedores económicos. Por eso el domingo pasado, en los colmadones y aceras de la ciudad de Santiago, se hacía estómago y se bebía sin cuento a ritmo de Abel, Abel, Abel.

Vargas Silverio se entregó a través de su abogado cerca de las 3:30 de la tarde de este lunes en la sede del Comando Regional Cibao Central. El sospechoso puso en manos de la uniformada una pistola Glock, calibre 9mm, serial EF6769, con un cargador y 11 cápsulas. Tras su llegada al destacamento fue interrogado por un fiscal y autoridades policiales.