San José de Ocoa y el Eco Turismo ^Destacado

Si antes del día 5 de Abril del año 2004, cuando fue promulgada la Ley 151-04 que declara a San José de Ocoa como provincia eco turística, me hubiesen preguntado sobre qué era el ecoturismo, quizás sin una definición habría acertado a dar con las bases de lo que conforma y encierra este concepto tan popular hoy en día. ¿Pero qué es? ¿A quíen beneficia? Y ¿Para qué implementarlo? Fueron las preguntas que me llegaron rápido a la mente.

Para la mayoría de las personas, la palabra ecoturismo es una palabra que no logran entenderla, razón por la cual, debemos dejar bien claro que el eco turismo proporciona una oportunidad para desarrollar el turismo con variadas actividades que busquen minimizar los impactos negativos de esa industria.

San José de Ocoa es una comunidad con un clima agradable durante todo el año, con personas hospitalarias, con un nivel de delincuencia bajo en relación a la mayoría de las restantes provincias del país, con una agricultura predominantemente de vegetales, con productos locales únicos como el higo y un delicioso pan y galletas, con comunidades en la montaña con un atractivo natural inigualable, a poco tiempo de la principal ciudad del país, santo Domingo, con una vegetación hermosa mezclada con nuestras montañas y el atractivo valle de Rancho Arriba; en fin, son algunas de las cosas con que cuenta esta provincia del sur para que dentro de poco tiempo lleguemos a la cúspide del desarrollo eco turístico.

Hoy en día, nos enfrentamos a una competencia intensa con destinos que pretenden ofrecer condiciones similares al nuestro. Ello nos lleva a exigirnos una mayor especialización turística que nos convierta en un destino más competitivo en el mercado turístico internacional, que se revierta en una mejora sustancial de nuestros productos y de nuestros servicios.

Y para lograrlo, debemos empezar asumiendo la muy acertada postura que en días pasados tuvo a bien señalar nuestro Presidente, la cual citamos: "Tenemos que crear una cultura para vivir del turismo". Sin embargo, esto sólo vamos a lograrlo cuando todos los ciudadanos de nuestro país, nos convirtamos en protectores y promotores de nuestras maravillas naturales, de nuestra contagiosa música, de nuestra envidiable oferta gastronómica y de nuestras ancestrales costumbres y tradiciones. Que reconozcamos y emulemos el carisma de nuestro pueblo, la amabilidad de nuestra gente y sobre todo, el gran calor de los dominicanos.