La acusación fue hecha por dirigentes de la Comisión Ejecutiva de la citada seccional, quienes, además les infieren a Luna y Casilla obrar para que la dirigencia del PRD en Nueva York sea desalojada de dicho local, y de esa forma, utilizar los supuestos 20 mil dólares para alquilar una oficina en la que tendrían el control de acceso, como hicieron los seguidores de Vargas en la República Dominicana.

Luna, que representa ante el Congreso de la República Dominicana a sus compatriotas de la Circunscripción

Uno en el exterior, que comprende Estados Unidos y Canada, aclaró que "en ningún momento,hemos recibido un solo centavo de parte de Miguel Vargas para saldar la deuda de la seccional del PRD en Nueva York.

"Por el contrario, nos hemos ofrecido, de manera voluntaria y desinteresada para aportar de nuestros recursos personales y ayudar a salvar el local", expresó el legislador.

Lamentó que los dirigentes de la Comisión Ejecutiva, a quienes dijo estimar mucho, hayan hecho la acusación, que entiende es muy grave, ya que atenta contra su moral y la de Casilla, a quien definió como una persona seria y honesta.

Luna  también desmintió haberse confabulado con Miguel Vargas para alquilar otro local.

Dijo que en varias ocasiones se ha reunido  con Vargas para tratar el asunto, pero no se ha llegado a ninguna conclusión.

Explicó que la última palabra sobre el futuro del local de la seccional neoyorquina la tiene Vargas, presidente del PRD.

Añadió que ni él, ni Casilla, ni Julio Estévez, secretario de Organización, pueden ser expulsados del PRD, ya que se les está acusando de "una gran mentira".

Por su lado, Casilla, presidente de la seccional, también negó las acusaciones y las definió como "parte de un plan macabro" para desacreditarlo, al igual que a Luna,

Sostuvo que él, más que nadie, ha estado preocupado por el problema y que ha hecho ingentes esfuerzos para resolverlo.

El pasado lunes, un grupo de dirigentes  de la Comisión Ejecutiva de la seccional del PRD en Nueva York, propuso que Luna, Casilla y Estevez fueran expulsados de esa organización por haberse confabulado para confiscar unos 20 mil dólares que Miguel Vargas habría entregado para saldar una deuda de alquiler del local que ocupan en el Alto Manhattan.