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Demandan de las autoridades acciones enérgicas contra el ruido en Constanza

Ambiorix Tolentino, responsable de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes. Ambiorix Tolentino, responsable de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes.

El ruido es un sonido desagradable que si se prolonga más allá de los límites razonables puede provocar daños severos en la salud física y emocional de las personas expuestas.


En el municipio de Constanza la contaminación acústica está perturbando la paz, tranquilidad y salud de su población, debido al uso abusivo que determinadas personas hacen de sus altoparlantes en residencias, colmadones, guaguas anunciadoras, motocicletas, y yipetas que suelen estacionar en espacios públicos.

La situación es tan alarmante que ha llamado la atención de los sacerdotes Ambiorix Tolentino y Heriberto Sánchez Núñez, de las parroquias Nuestra Señora de las Mercedes y La Cátedra de San Pedro, respectivamente, quienes afirman no comprender por qué las autoridades responsables de aplicar la ley permiten que personas desaprensivas mantengan en zozobra a las comunidades, con un ruido excesivo a cualquier hora del día o de la noche, y en cualquier lugar, incluyendo el entorno de los recintos religiosos.

“Entendemos que en las comunidades el ruido es prohibido por la ley. El ruido no hace bien, especialmente a los enfermos. Las personas necesitan descansar, dormir. Porque no es que usted no escuche música, la música es bonita, pero a un nivel que usted no le moleste al vecino, ni le moleste al otro”, expresó Tolentino.

Se quejó de que en el entorno de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, contigua al parque municipal, el nivel de ruido e indecencias es alarmante, por personas que no respetan el derecho ajeno y se comportan con arrogancia y prepotencia.

“Esperamos que nuestras autoridades ayuden en todo lo que implica tener un ambiente más sano. Esta es una zona que mucha gente quiere venir a visitar. El turismo nos ayuda, nos da más ventaja, nos da beneficio a la población, genera más empleo, pero necesitamos que haya más decencia, más orden, en lo que es esta parte del ruido. La gente se está quedando sorda”, precisó el religioso.

Alteración de la paz

De su lado, Sánchez Núñez, párroco de la iglesia La Cátedra de San Pedro, expresó que son constantes las quejas de las distintas comunidades que se sienten agredidas por los altos volúmenes de los equipos de música.

“Sectores, comunidades, es una constante queja de que hay unos desaprensivos que no dejan estar tranquilas ni siquiera a las familias. Incluso, lugares donde las familias no pueden estar en paz, instalar una conversación amena, porque próximo a ellas hay un colmadón, con un volumen muy alto, o un amigo, con un vehículo estacionado por ahí, y ponen en zozobra a todas las familias”.

Manifestó que el ruido le quita el sueño a gente que al otro día tiene que trabajar, lo que genera “un desequilibrio, una inestabilidad” por quienes se comportan al margen de la ley, porque solo piensan en satisfacer sus gustos y apetencias personales.

Al igual que Tolentino, formuló un urgente llamado a las autoridades correspondientes para que encaren el problema del ruido con seriedad, llamando a capítulo y estableciendo régimen de consecuencias con los responsables directos de ese estado de zozobra en que mantienen a la población.

Sobre este problema también se expresó el comunicador y dirigente comunitario, ingeniero José Aridio Jiménez, quien lamentó la situación.

Mientras que el comandante del Departamento Operativo No. 1 de la Policía en esta ciudad, teniente coronel Luis D. Alcántara Lantigua, manifestó que desde que llegó a Constanza ha estado realizando una serie de operativos anti ruidos, donde hasta la fecha han sido retenidas unas 700 bocinas.

Explicó que los agentes del orden son agredidos a pedradas, y en ocasiones a tiros, cuando tratan de hacer cumplir la ley, por personas embriagadas, “que a veces consumiendo otras cosas con alcohol se vuelven violentas y suelen en manadas tirar piedras, botellas y hasta tiros” a las patrullas.

Impacto del ruido en la salud

Al ser consultada por MunicipiosalDía sobre el impacto del ruido en la salud, la psicóloga clínica, María (Altemisa) Guzmán Lantigua, explicó que los ruidos son responsables de una serie de patologías en los seres humanos y en los animales, lamentando de que las leyes que han sido promulgadas para combatir ese mal no se apliquen o se apliquen muy poco en países en vías de desarrollo como República Dominicana, donde no existen regímenes de consecuencias.

Entre los efectos nocivos citó: intenso estrés, alteración del sistema nervioso, irritabilidad, enojo, agresividad, ansiedad, falta de concentración, insomnio, cansancio, dificultad para la comunicación, afección de la memoria, y del feto en su proceso de desarrollo.

“Además, puede aumentar los latidos del corazón, llegando a provocar taquicardias, así como pérdida de la audición. Puede incluso afectar a los animales, causándoles fuertes dolores de oídos”, precisó.

Guzmán Lantigua recomienda desarrollar campañas de concienciación a través de los medios de comunicación para que las personas comprendan la necesidad de bajar los volúmenes de sus equipos, y para que las autoridades hagan cumplir las normativas de ley, aplicando las mismas a todos aquellos que las violen.

Leyes que penalizan la emisión de ruido en República Dominicana

La Constitución de la República es la primera en establecer en su Artículo 67, numeral 1, el derecho que tienen los ciudadanos a un medio ambiente sano: “Toda persona tiene derecho, tanto de modo individual como colectivo, al uso y goce sostenible de los recursos naturales; a habitar en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo y preservación de las distintas formas de vida, del paisaje y de la naturaleza”,

Está la Ley de Salud Pública 42-01, que, en la Sección X, Capítulo 59, sobre Salud Ambiental, establece: “Se declara de especial importancia en el ámbito de la salud pública la prevención y el control de 1os ruidos en 1os ámbitos colectivos y familiares, como factor de gran trascendencia en la prevención de efectos nocivos para la salud”.

Existe la Ley 64-00 sobre Protección del Medio Ambiente; y la Ley 90-19, que modifica la Ley 287-4 sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que producen contaminación sonora,del 15 de agosto del 2004, que, en el Artículo 8.1 establece: “Se prohíbe el ruido nocivo, molesto o perjudicial para la salud dentro de la República Dominicana, cualesquiera que fuere su origen y lugar, y por tanto constituye un delito ambiental...” Esta normativa establece varios tipos de sanciones contra cualquier persona que produzca ruidos, que van desde multas o incautación de equipos emisores hasta prisión de 1 a 3 años, por reincidencia.

Además de las distintas afecciones de salud que provoca el ruido en sí, a ello se añade el peligroso estímulo de promoción de la violencia, tráfico y consumo de estupefacientes, abusos y otras perversidades sexuales, e irrespeto a la autoridad, que divulgan los desaprensivos en sus teteos o parrandas.

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