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Jesús

Te veo surgir de las aguas de los tiempos, limpio, incorruptible imponente. La dureza y la mansedumbre de tus palabras  abriendo surcos, iluminando temores, desafiando lo establecido, indicado el más alto camino de redención al proclamar la igualdad del género humano y establecer el amor y la verdad como las supremas virtudes de la vida.

Cercado por la opresión  y la discriminación jamás conciliaste con el abuso de que era objeto tu pueblo ni  buscaste las sombras  de los        
poderosos  para protegerte, adulándolos.
 
Jesús, te veo surgir de las aguas de los tiempos, entregados a lo demás,sirviendo la paz los perturbados,  la salud a los enfermos, consolando al triste ,  dándoles  el pan a los hambrientos, condenando  al avaro, viviendo  entre los  humildes y defendiéndolos.
 
Jesús, te veo surgir de las aguas de los tiempos con la sagrada  túnica de la justicia, sin dobleces ni preferencias, con el rigor  de la verdad  y  las más altas banderas del perdón.
 
Mucho  antes  de que nadie hablara  de globalización sin negar  tus raíces,  no  hiciste  diferencias  entre tu pueblo y los otros pueblos, ni en los matices de la piel,  ni en los apellidos,  ni  en  las jerarquías   políticas  o religiosas, ni  en  tu  época  y las que vendrían después. Todos, absolutamente todos, en todas partes y en todas las épocas, éramos y somos  hermanos.
 
Nacido de un mundo que era la negación de todo lo que proclamabas, no te seducían las apariencias ni las  mentiras ni te acomodabas por conveniencia a nada  establecido.
 
Con mansedumbre desafiante, fuiste y eres, el más sublime subversivo  y ninguna  esfera  de la vida  escapa  de tus mensajes.Recogiste las mejores aspiraciones  de los seres humanos, sellándola con tu martirio y sembradora en la historia para siempre. Dos mil años después estas aspiraciones, andan  buscando su lugar en un mundo que las aceptas  solo, como declaración universal o  esperanza,  a la  que  le ha  llegado su tiempo todavía.
 
Jesús, ahí está tu fuerza mundana, eres la Utopía terrestre, el sueño colectivo más puro y amplio, el desafío más contundente para la santidad y tal vez, la mejor garantía para que alcancemos el paraíso que algunos de tus ministros han colocado  únicamente después del  infierno de la vida.
 
En estos días de semana, los templos se llenan de gente, creyentes o no, simplemente para recodar tu muerte.Para recordarla como ofrenda de amor martirio, yo prefiero   en cambio recordarte  como  desafío  de  solidaridad  frente   a los que sufren   frente a los   olvidados  de la fortuna   que viven  y se consumen como si no fueran hermanos de los   tantos que se confiesan  en tu fe y que dicen seguirte.
 
Yo  quiero  recordarte  en tu  integridad y transparencia a pesar de la traición  y del olvido  tus valores porque lo predican. Yo quiero recordarte en tu magnifica resignación frente a las masas que  prefirieron la libertad  de barrabas  frente a la tuya. Quiero  recordarte  en tu coraje en el monte calvario, al no permitir que  el dolor te nublara  el amor   que te  nutrió  en la vida.     

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