Da mucha pena lo que mis ojos contemplaron en el cuartel policial de Villa Faro, donde tuve que asistir para intentar ayudar a un amigo, el cual fue detenido en las llamadas redadas barriales.

Lo que contemple allí no tiene nombre. Inmediatamente recordé con nostalgia mi llegada a ese barrio de muy pocas casas, apenas tenía 4 años cuando llegue, lo primero que mis ojos contemplaron fue la fábrica de vulcanizado por su gran tamaño y el cuartel de la policía el cual desde esa época sigue idéntico en cuanto a su estructura en una comunidad la cual ha crecido bastante.

Recordé sus cuatro sillas de guano, ocupadas por sus cuatro agentes, pues no recuerdo si había más, aunque creo que no, pues siempre que pasaba eran cuatro los que dormían en su puerta muerto de un jumo, después de sus grandes pachangas de los cuatro cabareces que existían en la comunidad.

También recordé que era el único sitio donde había comunicación pues mi madre trabajaba de enfermera privada y en varias ocasiones los policías iban a mi casa a llevar mensajes que mandaban por el teléfono del destacamento.

No sé cómo lograron traer comunicación a una comunidad parecida a el macondo de Gabriel García Márquez. Aquel cuartel dormido, dónde nadie acudía, donde solo nos parábamos cuando regresábamos de la panadería de los placidos, para regalarle panes a los agentes medios muertos de hambre. Increíble que este cuartel sea en el que estuve ahora.

Ahora no cambiamos civiles ni policías, hay que mandar a callar la gente del desorden tan grande y pedir permiso para poder parquearse; policías y civiles negocian la libertad de los detenidos con familiares y amigos que llegan allí en ayuda y protección de los agentes.

Realmente todo anda mal, pues el fundamento policial en su esencia es defender vida y propiedad. Es lamentable que en nuestra sociedad un policía devenga como sueldo $4,800 pesos mensuales, una miseria para vivir.

Creo que esto los conduce casi siempre, a tener que dejarse sobornar, a estafar, atracar etc.

Todo esto se plantea que en vez de defender la vida y la propiedad de los ciudadanos en la sociedad este se convierta en amenaza de tu vida y propiedad. Que mientras los grandes militares son instalados en los cuartele con todas las comodidades posible, los policías que los cuidan carezcan de baños donde hacer sus necesidades y tengan que estarse orinando como los perros en todo el entorno cercano a los cuarteles.

La reforma policial no creo que se arregla mejorando los sueldos de los policías solamente, no señor.

Es creándoles calidad de vida en su trabajo a todos sus miembros, ej.: el cuartel de Villa Faro, sería brindándole lugares limpios donde ellos puedan ejercer el orden deseado para todos, de limpieza tanto para el visitante como el detenido por una cuantas horas, y es acabando con todas sus mafias desde adentro las cuales estan preñadas de corrupción.

Enviada por Blanca Valeyron Barrera