Introspección espiritual, fe y moderación: compromisos de Semana Santa
- Escrito por Emilia Santos Frias
- tamaño de la fuente disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente
- Publicado en Opinión

Ante tanto dolor por enumeres pérdidas en este abril, demasiadas de ellas, víctimas de la tragedia ocurrida en Jet Set Club, otras, coincidentemente, por lamentables accidentes de tránsito, que; constituyen una problemática social grave, como mujer creyente en el Padre Eterno, en esta Semana Santa me comprometo a realizar introspección espiritual, fortalecer la fe y la humildad o moderación, como forma de obtener el regalo preciado: la redención.
Esta sensatez emana de ejercicios exhaustivos realizados en fin de semana pasado presente, con los que, inicio una travesía sanadora, para dejar el pasado donde pertenece, y tal cual una supernova, crear en mi existencia una explosión extremadamente brillante y poderosa, al liberar energía que no aportan bienestar a este hermoso camino: lleno de matices, llamado vida.
Me inspira igualmente, la exhortación que nos hace el obispo Jesús Castro Marte, quien afirma que “solo desde la humildad se accede a la verdadera redención”. Recordar que esta es modestia, recato, recogimiento, paciencia; ser dócil, acatar acciones que benefician a la colectividad, desde la quietud...
Amigas, amigos, este es un tiempo de reflexión y fe, que nos insiste en que debemos abrazar la reunión familiar e introspección espiritual, hoy más que antes. Ver esta fiesta cristiana como una gran oportunidad para además de celebrar la vida terrenal de Jesús: “el hijo del hombre; el Mesías prometido, a quien Dios ofreció autoridad y reino”, solemnizar la esperanza de que, tendremos vida eterna, en abundancia, mediante la resurrección.
La evidente congoja colectiva, nos llama a estar juiciosos. La salud física, mental de la población, y social de la República Dominicana, no admite insensatez. Seamos cada día más prudentes, reflexivos..., quizás con ello, el omnipotente: juez, protector del universo y la humanidad, nos conceda paz. Hemos perdido de forma desmesurada, pero en el omnipresente y omnisciente, hay esperanza. “En él esperare”.
Aprovechemos asimismo, para restaurar o fortalecer afectos familiares, con amistades..., de igual forma, meditar para aliviar nuestra mente, reflexionar o solo explorar nuestro mundo interior, fortaleciendo lazos con el Supremo, pero, siempre, desde la honestidad.
Créanme, somos mejores seres humanos cuando accionamos de la mano con el Divino Creador. Por eso, si a él tenemos que pedir perdón, ihagamoslo!, Si es a nuestros familiares, iefectuémoslo!..., estamos en tiempo. Reconocer fallas, mostrar arrepentimiento de forma sincera, exhibir esfuerzos para cambiar de proceder, no lleva a recibir el perdón; nos restaura. Sencillamente, nos hace seres sanos. Mantengámonos en oración,porque ella nos ayudará a alcanzar misericordia.