Chávez: nuevo prócer de América por su dignidad

Tras no ocultar el deseo maligno de muerte, Washington mueve sus cartas diplomáticas según sus esquemas injerencistas en Venezuela, América Latina y en otras latitudes del planeta.

La oposición venezolana celebra en Miami y se alista rápidamente para el asalto sin descartar opciones, apostando a la subversión mediática.

El pueblo venezolano llora al prócer mientras se aferra a sus conquistas y al ideal bolivariano.

El poder morado en República Dominicana quiere seguir adquiriendo petróleo venezolano a pecio de vaca muerta; entretanto revienta al pueblo con precios por las nubes para satisfacer sus afanes distorsionando a Petrocaribe y no conforme con ello, la OTAN del PLD busca sombrillas internacionales que techen su impunidad.

Sin embargo, por ahora, la población dominicana siente con lágrimas la pérdida de Chávez.

Los genuinos representantes populares deben emular la firmeza del prócer que desafió la partidocracia venezolana confiando en el esfuerzo propio al trillar la ruta hacia al poder que impusieron las circunstancias.

Con Manolo, Minerva, Caamaño, Rafael y decenas de próceres, ahora debemos contar con Hugo Chávez entre las bujías inspiradoras del pueblo dominicano.

Chávez demostró la validez del derecho a la utopía. Y que la solidaridad se gana con la lucha.

Venezuela cuenta con una solidaridad que debe intensificarse ahora que la derecha asecha. Ahí estuvieron cerrando filas para despedir a Chávez: Evo Morales, Rafael Correa, Raúl Castro, Cristina Fernández de Kirchner, José Mujica; y la pléyade que le eleva el relieve al continente en el presente, la América de José Martí, la de Simón Bolívar, la de Fidel.

Es hora de evocar al inmenso Che Guevara al soñar con más Vietnam, (lo que no implica métodos) privilegiando la amistad con los pueblos frente a burocracias depredadoras y farsantes.

La dimensión histórica de Hugo Chávez se vuelve faro de luz para no cejar en la lucha de fondo contra los enemigos del pueblo dominicano, con o sin velos o antifaces.

Vale afirmar que la herencia revolucionaria que nos deja Hugo Chávez Frías es acero templado para fortalecer la voluntad de los profundos cambios sociales que necesitamos en la región.