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La violencia estudiantil en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), se recrudeció esta noche y resultó en varios heridos, quema de una Jippeta de la Universidad Estatal , daños a otros vehículos y a las oficinas de la rectoría, luego que el Consejo universitario decidió expulsar a tres estudiantes y suspender a otros ocho.

Los conflictos en la casa de estudios empezaron cuando el padre Rogelio Cruz oficiaba una misa en frente de la rectoría ante decenas de estudiantes y les llegó la información del Consejo con las expulsiones y suspensiones de los principales estudiantes que se mantenían en el campus universitario a la espera de que el mismo organismo uasdiano rectificara los cobros de las nuevas tarifas.

Cuando los estudiantes vociferaban consignas en contra del rector Mateo Aquino Febrillet, la seguridad de la UASD, irrumpió la misa del padre Rogelio, lo que caldeó los ánimos de los estudiantes. Los hechos violentos, motivaron la presencia de más de un centenar de agentes policía de los Toppos y antimotines del departamento Duarte que sacaron a decenas de estudiantes que se encontraban en el interior de la casa estudiantil.  

Los batallones de policía, estaban dirigidos por los generales Manuel de Jesús Pérez Sánchez y Juan Pérez Brown. Los agentes, asaltaron la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED). 

El presidente de la FED Ambiorix Rosario y otras decenas de estudiantes, se encontraban al frente del local con las manos en alto, pero aún así los que estaban en el interior fueron obligados a salir a la fuerza con el uso de bombas lagrínogenas, cuyos gases afectaron al estudiante de Medicina de nacionalidad Paraguaya, Martín Milcíades.

Otros resultaron con heridas en la cabeza, la cara y otras partes del cuerpo, pero solo uno fue identificado como Ismael Peralta.

El vehículo incendiado, pertenecía a la facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD, su decano, Antonio Medina, aclaró que la Jippeta Hunday con placa oficial OC05286, no era de su propiedad, sino que la tenía asignada y lamentó la situación de violencia desatada en la noche de este viernes.

El gobierno desoyó los constantes pedidos de las autoridades de la Universidad Estatal para aumentar la partida presupuestaria, lo que obligó a la Universidad a amentar, por un año, las tarifas de los servicios estudiantiles de nuevo ingreso y el derecho de reinscripción. Esto motivó la ocupación por parte de los estudiantes de las oficinas de la vicerrectoría administrativa y la agresión a un autobús donde se transportaban las autoridades que asistieron a un acto de investidura en el interior. Como consecuencia de estos hechos, el Consejo Universitario, decidió sancionar varios estudiantes en la tarde de ayer, generando nuevas protestas de parte de los estudiantes.