Recientemente escuché por la radio a un munícipe quejarse de la cruda realidad que se vive en los barrios "imaginados", por referirse a los barrios "marginados", error que el conductor del programa se apresuró a corregir. Pero después de escuchar sus reclamos pensé que tal vez después de todo no había utilizado el término tan mal.

Si no se hubiera extendido a 6 años el período de gestión municipal para unificar las elecciones presidenciales con las congresuales y municipales, ahora estarían a punto de terminar las gestiones de los alcaldes que se eligieron en 2010. Si miramos hacia atrás en estos cuatro años como si estuviera terminando este período de gobierno, ¿cómo evaluaríamos la gestión de nuestro alcalde o alcaldesa? ¿Cuáles cambios favorables podemos identificar en el municipio que son resultados de esa gestión?.

Las calles y avenidas son como las arterias de la ciudad, transportan el flujo que las mantiene vivas. Pero conducir en horas pico es un desafío a la salud mental y a veces sentimos que la ciudad padece arteriosclerosis... y nosotros con ella.

Acudir a un congreso de ciudades tiene múltiples ventajas: conocer proyectos y aprender nuevas formas de hacer ciudad, conocer nuevos amigos y encontrarse con los de siempre. Al compartir experiencias durante varios días con personas que intentan impulsar el desarrollo estratégico en sus ciudades, al visitar proyectos exitosos, paradigmas de Iberoamérica, es imposible no pensar en la propia ciudad, es imposible no contrastar los avances propios con los de otros.