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Decenas de haitianos exigen derechos laborales frente a Embajada de Haití

Una migrante haitiana junto a sus cuatro hijos, tres de ellos nacidos en República Dominicana, a quien le apresaron su pareja en un intento de desalojo en la Coquera del Km.5 de San Cristobal, propiedad de Rafael Emilio Alonso Luna (Billo). Una migrante haitiana junto a sus cuatro hijos, tres de ellos nacidos en República Dominicana, a quien le apresaron su pareja en un intento de desalojo en la Coquera del Km.5 de San Cristobal, propiedad de Rafael Emilio Alonso Luna (Billo). Fotos: Augusto Valdivia

"Cualquier cosa que le suceda a cualquiera de los trabajadores, o a cualquiera de sus abogados, el único responsable será el señor Rafael Emilio Alonso Luna".

Un grupo de casi cien migrantes haitianos hicieron presencia  frente a la Embajada de Haití en Santo Domingo, para exigir que sean respetados sus derechos laborales por un empresario dominicano que los contrató como jornaleros agrícolas en la empresa Coquera Real, algunos por más de diez años.

El abogado Luis Manuel Sánchez Díaz, quien habló en representación de los obreros haitianos, dijo que esta mañana la policía nacional intentó desalojarlos a la fuerza tras recibir una denuncia del dueño de la coquera para evadir su compromiso de pagarles sus prestaciones a los migrantes haitianos

Voluntariamente y por recomendación de sus abogados decidieron presentarse ante el Palacio de la Policía, para que sean procesados si estaban siendo buscados como delincuentes, y ante la Embajada Haitiana en nuestro país para hacer la denuncia del abuso laboral y exigir el pago de sus prestaciones a dicha empresa.

Sánchez Díaz dijo que se trata de una maniobra de parte del empresario dominicano Rafael Emilio Alonso Luna (Billo), para que después de haber puesto a trabajar a los ciudadanos haitianos de forma ilegal, con complicidad local, salirse con la suya y hacerlos pasar como delincuentes e ilegales, cuando lleva en esa práctica más de diez años.

Billo había conseguido contratar a los haitianos y traerlos directamente desde Haití en complicidad con inspectores y militares de la frontera de Dajabón.

Uno de los haitianos que más años tiene en la coquera afirmó que en la operación de tráfico de personas, los haitianos acostumbran pagar mil quinientos pesos hasta Navarrete y que desde ahí el empresario que los contrata se hace cargo de trasladarlos a su finca y garantizarle el pago de jornada de trabajo y su estadía, la cual se logra permaneciendo encerrados dentro de la finca todo el tiempo.

La Coquera REAL, de las siglas del nombre del propietario, Rafael Emilio Alonso Luna, cuenta con dos fincas en el país, una en Nagua y otra en San Cristobal, conocida por su ubicación como la Coquera del Km. 5, donde este pone a trabajar a los haitianos indistintamente en una u otra en la tarea de despulpar los cocos que cosechan.

Uno de los haitianos igualmente confirmó que el empresario pagaba semanalmente entre mil trescientos a mil quinientos pesos, o más, lo cual dependía del rendimiento de cada obrero, pero que nunca le cubría seguro de salud ni de riesgos laborales.

En este año van dos haitianos que han perdido uno de sus ojos en la tarea de despulpar los cocos, por el alto riesgo que representan las estillas de la jícara de coco, cuando salen disparadas.

Matías Pierre y Andrés Peña perdieron un ojo cada uno picando la jícara del coco, uno en el mes de agosto y otro en el mes de septiembre y "Billo", ni siquiera se conduele en llevarlo a un hospital, perdiendo estos uno de sus más preciados órganos de la cara.

Otro de los haitianos aprovechó para denunciar que en una ocasión el capataz de la coquera mató a su hermano Dorcelier Karsedor, a quien le decían "Caballo Corsidor", sacándolo en una carretilla fuera de la finca y tirándolo a la calle, sin que por el hecho alguien haya caído preso.

Anita, la única mujer del grupo, cargaba sobre sus brazos a la más pequeña de cuatro niños y niñas procreados en el país con Maxi Charles, quien fue herido esta mañana en el intento de desalojo, a quien dejaron detenido en el destacamento de la policía.

Una señorita de once años, nacida en Haití, un barón de cinco, una pequeña de tres años y una bebé de ocho años, nacidos en República Dominicana permanecían sentados en las afueras de la Embajada de Haití, junto al grupo de hombres de su misma nacionalidad y la misma suerte de ser indocumentados, en espera de las decisiones con la embajada de su país.

Carlos Manuel Sánchez Díaz, abogado, quien se hizo acompañar de David Jonathan Báez Matos y Marcelino García, dijo que fueron recibidos por el Encargado de Asuntos Migratorios de la Embajada Haitiana, Ronal Beldor, quien en calidad de representante del embajador Friz Cineas, les informó que le dará seguimiento a la denuncia de los ciudadanos haitianos.

El abogado Carlos Manuel Sánchez, informó que junto al funcionario de la embajada llamaron al coronel de la policía en San Cristóbal, Andrés Pérez Fernández, con quien acordaron que los migrantes ilegales regresarían a la finca de San Cristóbal, mientras se desarrollen las investigaciones y sean reconocidos los derechos adquiridos por los jornaleros en la Coquera del Km. 5 y Coquera Real.

Carlos Manuel dijo que si no hay una solución satisfactoria para sus noventa defendidos, de unos ciento veinte y tres obreros que trabajan allí, se verán obligados a llevar a los migrantes haitianos a una huelga de hambre frente al Ministerio de Trabajo.

"Cualquier cosa que le suceda a cualquiera de los trabajadores, o a cualquiera de sus abogados, el único responsable será el señor Rafael Emilio Alonso Luna" finalizó diciendo el abogado, quien es miembro de la Comité Dominicano de los Derechos Humanos y de la Fundación para la defensa de los trabajadores dominicanos.

MunicipiosAlDia.com agradece la gentileza del señor Rusbel Durán Pierre, quien nos sirvió de traductor para obtener las declaraciones de los migrantes haitianos.

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