El ciclo inquebrantable del embarazo adolescente en Los Gómez, El Carril
- Escrito por Dana Medrano y Augusto Valdivia
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- Publicado en San Cristóbal
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En el corazón de El Carril, una comunidad lucha por romper el ciclo generacional de la maternidad precoz. Yokasta Campusano, madre a los 13 años, y sus hijas, víctimas del mismo destino, son el rostro de una problemática que exige acción urgente.
En el sector Los Gómez, una pequeña comunidad del Distrito Municipal El Carril, el embarazo en la adolescencia no es una excepción, sino una norma que se repite generación tras generación. Aquí, donde las calles de tierra y las casas modestas cuentan historias de lucha y resiliencia, el ciclo de la maternidad precoz parece no tener fin. Yokasta Campusano, una mujer de 38 años, es el vivo reflejo de esta realidad. A los 13 años, Yokasta se convirtió en madre, y hoy, décadas después, ve cómo sus propias hijas repiten su historia.
La historia de Yokasta: una adolescencia robada
Yokasta recuerda con claridad el día en que su vida cambió para siempre. "A los 13 años, la vida me puso en un camino que no estaba preparada para recorrer. No sabía qué era ser madre ni las responsabilidades que conlleva", relata con una mezcla de nostalgia y dolor. Su primer hijo llegó cuando aún era una niña, y aunque logró sacarlo adelante con el apoyo de su familia, la carga fue abrumadora. Con el tiempo, Yokasta tuvo cuatro hijos más, todos nacidos mientras aún era una adolescente.
Pero lo más desgarrador de su historia no es solo su experiencia, sino cómo esta se ha repetido en sus hijas. "Es doloroso ver a mis hijas pasar por lo mismo que yo pasé. Quiero que tengan una mejor vida, pero a veces parece que el destino se repite sin poder hacer nada", confiesa Yokasta. Sus dos hijas mayores, ahora adolescentes, también son madres, perpetuando un ciclo que parece imposible de romper.
Un patrón familiar: la herencia de la maternidad precoz
El caso de Yokasta y sus hijas no es aislado en Los Gómez. En esta comunidad, el embarazo adolescente es un fenómeno arraigado, alimentado por la falta de educación sexual, la pobreza y una cultura que, en muchos casos, normaliza la maternidad temprana. "A veces, las niñas creen que ser madres jóvenes es lo normal, porque lo ven en casa, en la comunidad y no tienen ejemplos distintos", explica Yokasta.
Según datos locales, más del 30% de los embarazos en El Carril ocurren en adolescentes, una cifra alarmante que refleja la urgencia de intervenciones efectivas. La falta de acceso a métodos anticonceptivos, la deserción escolar y la escasa información sobre salud sexual y reproductiva son factores clave que contribuyen a esta problemática.
Factores causantes: un cóctel de desafíos
La psicóloga comunitaria Rosa Martínez, quien trabaja en la zona, señala que el embarazo adolescente es un problema multifactorial. "No se trata solo de falta de información, sino de un entorno que no ofrece alternativas a las jóvenes. Muchas veces, la maternidad se convierte en su única opción", afirma. Además, la falta de políticas públicas enfocadas en la prevención y el apoyo a las adolescentes agrava la situación.
En Los Gómez, muchas familias viven en condiciones de pobreza extrema, lo que limita las oportunidades de educación y empleo para las jóvenes. "Cuando no hay opciones, el embarazo se convierte en una salida, aunque no sea la deseada", añade Martínez.
La voz de los expertos: educación y apoyo como solución
Para romper este ciclo, los expertos coinciden en que es fundamental implementar programas integrales de educación sexual y reproductiva. "No basta con hablar de los riesgos del embarazo adolescente; hay que ofrecerles a las jóvenes herramientas para construir un proyecto de vida diferente", sostiene Martínez. Esto incluye acceso a métodos anticonceptivos, talleres de empoderamiento y apoyo psicológico para las adolescentes y sus familias.
Además, es crucial involucrar a la comunidad en su conjunto. "Necesitamos cambiar la narrativa cultural que normaliza la maternidad temprana y mostrarles a las jóvenes que hay otras opciones", afirma la psicóloga.
El desafío de romper el ciclo: un futuro por construir
Yokasta, a pesar de las dificultades, mantiene la esperanza. "Si mis hijas logran estudiar, tener empleo y vivir mejor, habremos dado un paso importante para cambiar nuestra historia familiar. Aunque yo no lo logré, quiero que ellas lo consigan", dice con determinación.
Sin embargo, el camino no es fácil. Romper el ciclo del embarazo adolescente en Los Gómez requiere no solo de esfuerzos individuales, sino de un compromiso colectivo. Las políticas públicas deben priorizar la educación sexual, el acceso a servicios de salud y la creación de oportunidades para las jóvenes. Solo así se podrá ofrecer un futuro diferente a las nuevas generaciones.