Una de las cosas que aprendí en mi formación profesional es que los Estados son soberanos y que sus Gobiernos deben administrar correctamente los bienes públicos puestos en sus manos. Cuando en el manejo de estos recursos se presentan dificultades, pueden ser concesionados, como sería la minería, y el petróleo, siempre compartiendo los beneficios, luego de un proceso de consultas y consentimiento del Congreso.