Sonia Pierre a un año de su muerte

Este martes 4 de diciembre, se cumple el primer aniversario de la lamentable muerte de Sonia Pierre, incansable luchadora por los derechos humanos, la dignidad de las mujeres y de los dominicanos y dominicanas descendientes de padres haitianos y madres haitianas.Con la partida de Sonia, muchas "personas", algunas enquistadas en los estamentos de poder y otras ataviadas con sotanas, se frotaron las manos de alegría; porque sus oídos no escucharían más el discurso de esta indomable mujer, defensora de poblaciones excluidas y vulnerables.

Sonia enfrentó con gallardía, firmeza y coraje, los intentos de sectores con poder político, económico y militar de negarle la nacionalidad dominicana y presentarla como una enemiga del país, por su constante defensa en escenarios nacionales y extranjeros, de los derechos de los y las inmigrantes haitianos/as, la población que vive en los bateyes y de descendencia haitiana.

Sin embargo, sus detractores y detractoras se equivocaron creyendo que con su partida sus luchas y demandas iban a desaparecer, ignorando que su ininterrumpido trabajo germinó en cada campo, batey, calles y callejones, por los que transitó erguida con su grito de rebeldía, pues, cientos de hombres y mujeres, y me atrevería decir que miles, continuarán levantando su bandera, sin dejarla caer, hasta que prevalezca la justicia y se elimine la discriminación y los prejuicios, contra los excluidos y excluidas.

"Dominicana de nacimiento, corazón y lucha, a Sonia le fue escamoteada su nacionalidad de parte de los intereses nacionalistas más retardatarios, llevando una vida de enfrentamientos que nunca desalentaron su militancia por los derechos humanos de las personas", con estas palabras el pasado año, el Foro Feminista, llamaba a despedir los restos de esta combatiente de toda la vida.

Sonia Pierre, falleció el domingo 4 de diciembre de 2001, en su residencia de Villa Altagracia, a causa de un infarto, que se llevó a "una de las dominicanas más luchadoras, reconocida en el país, en la región y en el mundo entero, por reivindicar los derechos humanos de un colectivo de dominicanas y dominicanos, que sufre discriminación de género, raza y clase".

Recordemos a Sonia sin temor al chantaje y sin avergonzarnos. Sonia nació y murió siendo dominicana, aunque quisieron escamotearle su nacionalidad, pero su valentía y la solidaridad nacional e internacional impidieron concretar esos macabros planes de sectores retrógrados, anquilosados en el pasado y sumergidos en el fango del odio racial.

De lo que si estamos seguros es que esos ruines personajes, con sus actitudes deleznables terminarán en la letrina de la historia, porque ni siquiera merecen ser tirados en el zafacón.

¡Hasta siempre Sonia, te seguiremos recordando e imitando tu ejemplo!