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En Costa Rica siguen las protestas contra reforma fiscal

Conforme pasan los días sigue aumentando la indignación y se teme que se recrudezca la violencia que hasta el momento ha dejado un herido y 14 detenidos, en un intento de asalto a un supermercado, y de sabotaje al sistema de gas de la Refinería costarricense de Petróleo.

Una semana de movilizaciones han realizado millares de trabajadores costarricenses contra el paquete fiscal del gobierno, las actividades de protestas de la población siguen verificándose a través de diferentes medios.

La concentración mayor se verificó el pasado jueves, cuando un mayor número de personas salió a las calles, cumpliéndose el cuarto día de protestas contra la medida gubernamental que pretende aumentar los impuestos.

El paquete que impulsa el Gobierno, presidido por Carlos Alvarado, busca evitar el descalabro financiero del país, que enfrenta la peor crisis tributaria en cuatro décadas. Con atisbos de violencia, trastornos en servicios como educación o salud y bloqueos intermitentes de las calles, la protesta convocada por los principales sindicatos del sector público insiste en el retiro del proyecto que se tramita en el Congreso costarricense.

El gobierno, sin embargo, se aferra al sentido de urgencia fiscal y al apoyo que tiene de un sector de la oposición para aprobar reformas en impuestos y recortes en el gasto. "La mesa de diálogo está a la espera, pero soy claro en que deben cesar las acciones que comprometan la tranquilidad de las familias y las personas trabajadoras", dijo Alvarado el miércoles, horas después de una marcha multitudinaria en el centro de la capital San José hacia la Asamblea Legislativa, aunque los servicios no se han paralizado.

Conforme pasan los días sigue aumentando la indignación y se teme que se recrudezca la violencia que hasta el momento ha dejado un herido y 14 detenidos, en un intento de asalto a un supermercado, y de sabotaje al sistema de gas de la Refinería costarricense de Petróleo.

Fuerzas políticas de todo el espectro coinciden en la urgencia de estabilizar las finanzas para salir de la mayor crisis fiscal en 40 años. El déficit podría alcanzar el 7% del PIB al cierre el año y un endeudamiento equivalente a la mitad de su producción. La crisis amenaza a la economía costarricense, conocida por ser dinámica y por las prestaciones sociales que ofrece su régimen de bienestar.

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