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Consejo Dominicano de Unidad Evagélica pide dar tregua a Medina

Fidel Lorenzo. Fidel Lorenzo. Fuente externa.

Es pertinente  seguir de cerca aquellos  líderes modelos que encarnen valores que promuevan la solidaridad, la justicia, un estilo de vida sencillo y austero, pero ni siquiera eso se construye de la noche a la mañana. Hemos tenido por demasiado tiempo en la pantalla pública el modelo exhibicionista que promueve el derroche y el lujo, el dispendio y la demagogia, el narcicismo y el culto a la personalidad, por lo que nos urge un nuevo modelo de liderazgo basado en el compromiso social, en la equidad, en soluciones de largo alcance y en la promoción de valores capaces de conducirnos a la construcción de una nación fundamentada en  el orden, la paz y el derecho  que  garantice  la vida digna a que todos aspiramos.

El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) en su  condición de entidad representativa de iglesias independientes, concilios y ministerios, agrupa una cantidad mayoritaria de las organizaciones  que forman la comunidad evangelica de República Dominicana, pide a los sectores del país una tregua al presidente Danilo Medina a fin de que este desarrolle con sabiduría las propuestas de gobierno.

El reverendo Fidel Lorenzo expresó  que los sectores del país deben otorgarles al presidente Medina el  tiempo protocolar  de 100 días, que usualmente de les concede  a todos los mandatarios electos para que, ante todo, organicen su gabinete, evalúen los recursos recibidos y comiencen  definir  sus principales lineamientos y políticas,  para  posteriormente poner en marcha todas las  iniciativas contempladas  en su propuesta de gobierno.

La CODUE valora que el presidente Danilo Medina,  entre muchas otras cosas prometió acabar con el analfabetismo, disminuir la pobreza, mejorar la educación aplicando el tan reclamado 4% consignado en la ley, mejorar la salud, garantizar mayor  seguridad ciudadana y  trabajar con honestidad y decoro por el bienestar de todos los dominicanos.

Creemos que el discurso de Medina es una oportunidad para comenzar a ponerle fin a la  onerosa política de pan y circo a que nos han  sometido históricamente nuestros gobernantes. Consideramos que al gobierno debemos exigirle que invierta  más en educación, salud, vivienda y seguridad social. Debemos exigirle al actual gobierno que sea austero en los gastos administrativos, y que convierta estos ahorros en inversión social con miras a mejorar las condiciones de vida de esa gran parte de la población que vive en la indigencia y la pobreza.

El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica llama  a las iglesias a orar  para que el Señor nos ayude, en colaboración con todos los sectores de la sociedad, a tomar a las iniciativas apropiadas para impulsar los cambios que el país necesita.

Necesitamos tiempo de calidad para tomar decisiones más allá del inmediatismo y la improvisación que ha caracterizado nuestro accionar como pueblo. Estamos en un momento histórico especial, tan especial como nosotros lo entendamos. Debemos darnos la oportunidad para comenzar, para iniciar la transformación que por año requiere el país: Este aunque parece desde el punto de vista clientelar el momento mas "oportuno", no es el tiempo mas apropiado para  que  desde ya  se esté presionando al gobierno con la demanda de "carguitos" y "funditas".

Aunque las arcas del Estado estén vacía, si la voluntad del presidente está llena de esos buenos deseos que expresó en su discurso el pasado 16 agosto , tenemos la esperanza de  superar esos indicadores de desarrollo humano que nos ubican en la cola de los  renglones negativos que marcan  el atraso y la miseria de los pueblos del mundo.

La visión del país orientada a la solución de sus grandes y graves problemas está obstaculizada por una cultura política en la que prevalece el clientelismo, los acuerdos de grupos,  la complicidad y la manipulación en beneficios de unos pocos.  Se trata de una cultura, una forma de pensar colectiva y avasallante que nos impide pensar mas allá del día de hoy.

El llamado es a colocarnos en una coyuntura histórica que nos permita ir superando esa cultura de improvisación e inmediatismo que nos ha caracterizado por años, ese afán por las soluciones individualistas y particulares que no nos ha permitido aprovechar en términos de desarrollo social nuestro holgado y sostenido crecimiento económico.

Si realmente queremos avanzar en la lucha contra la pobreza, si realmente queremos superar los oprobiosos niveles de inequidad social y exclusión,  no podemos presionar a esta nueva administración para que sus niveles de popularidad dependan del reparto de cargos y funditas  como se ha hecho por  décadas en la vida democrática del país

Una propuesta como la que ha hecho el presidente Medina merece un tiempo de espera prudente, un tiempo de concertación y ordenamiento colectivo que nos conduzca al cumplimiento de esas promesas. No matemos la historia ante de que el tiempo se cumpla, vamos a aprender esperar, porque problemas que han esperado por décadas no se resuelven en un día ni en una semana.

 

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