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¿Cuál es la "vestimenta adecuada" para una profesora de artes entrar a la torre administrativa de la UASD?

Imagínense este titular: "UASD niega entrada en Torre Administrativa a Primera Dama Cándida Montilla  e hijas, por llevar ropa con escote" o  quizás suene mejor, "Margarita Cedeño detenida por guardias de seguridad  de la Torre Administrativa de la UASD por usar ropa sin mangas".

Ana Bránagan, Profesora de la Escuela de Publicidad, Facultad de Artes, UASD.

 

Estos bien podrían ser títulos que dentro de poco aparezcan en los diarios de nuestro país.

Podría escribir mil títulos, casi como si se  tratara de selección múltiple, para tratar de hacer un ejercicio creativo sobre el impacto de ciertas decisiones, que me niego a creer que fueran bien pensadas, porque si lo fueron, el problema es peor de lo que creemos.

En mis más de 18 años en la institución nunca me habían acusado de exhibir un escote, mismo que me impidió entrar en la Torre Administrativa. Mi escote, consistía en una blusa de seda, cuello alto, sin transparencias, con plises, pero sin mangas. La Seguridad me detuvo, por andar vestida de manera inapropiada para estar en el Edificio Administrativa, y cuando dije que mi atuendo no era de ninguna manera inapropiado y que mejor me marchaba,  evidentemente molesto, el guardia me dijo, no boceó, porque ya me había alejado,  que abandonara el edificio. Le respondí, con la calma que da el autodominio, que tantas veces nos perjudica: - Eso intento. Y me marché.

Admito que tal vez les molestó que, teniendo yo una chaqueta en mano, contrariara su voluntad de "Cubrirme" (palabra usada por uno de los tres tótems azules que bloquearon la puerta) y de paso me pregunto si se sintieron amenazados por mi cara de sorpresa. Les juro que me sentí como si se me saliera el busto por mi cuello alto. Pasé de la vergüenza a la indignación, y me marché.

Cuando entré al aula de clases, les pedí a mis estudiantes disculpas por presentarme ¨descubierta". Gracias a sus ocurrencias mi día no se dañó ni fue más allá.  Dos horas después, retorné al edificio y pedí el Reglamento, por si acaso me perdía de algo (con chaqueta en hombros y mi cuadre de primera dama con escolta en retraso, porque andaba sola y me sentí sola). Sorpresa, sorpresa... nadie lo conocía, ni siquiera los de seguridad. Después de decir que no existía, de rebotarme a la Gobernación, a Recursos Humanos, etc.,  finalmente lo conseguí... por amigos.

En fin que, para no les ocurra a ustedes lo que yo pasé, les estoy enviando el Reglamento de la Torre Administrativa en un archivo adjunto. No sé si se aprobó o no, porque no le vi número de Resolución, pero es el que "Ellos dicen" que están poniendo en práctica, y ya que conseguirlo fue titánico (a quien me lo facilitó debo proteger, sobre todo porque no le dije que lo haría público  Pido perdón!!!!, si cometí el exceso de la transparencia y la libre divulgación).

Lo siento por los estudiantes, que no les dejan entrar libremente a sus escuelas; lo lamento por los profesores que tienen restringido el acceso a sus directores de escuelas. Lamento también el retroceso de no poder ir con mochilas, ni laptops o tablets..., sobre todo por tratarse de una Universidad, no de Alcatraz ni del Tribunal Supremo.

 

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