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Un canto a la mentira

De igual forma, ver una película repetida con un contenido de no muy gratos recuerdos y un guión  que deja mucho que desear, es ver un clavo (como el pueblo llano califica), y en lo particular nos atrevemos a subirle de categoría, es un tornillo.

Hay que entender que la familia es la unidad primaria de cualquier colectividad humana organizada, por lo tanto, la forma de accionar dentro de ella se extrapola a la sociedad en su conjunto de manera tal que si usted miente, incumple, abochorna y hace rabietas en la familia, lo mismo hará fuera de ella.

Nos es posible querer justificar la participación en una contienda política interna sobre la base de la mentira, el incumplimiento, abochornando y haciendo rabietas. En que cabeza humana libre de pasión y avaricia puede caber tal actitud. Como diría Bonillita en vida: ¿Cómo es posible...?

El ex presidente Rafael Hipólito Mejía Domínguez, nos da de regalo en la Vieja Belén unas reflexiones personales que están auspiciadas por todo, menos pensando en el futuro de la nación dominicana.

Si fuera cierto que en los últimos meses ha recorrido palmo a palmo el país, y como dice haber conversado con la gente, escuchando con atención sus quejas, temores e inquietudes, de seguro que debió escuchar las quejas de los resultados de sus actuaciones en la campaña pasada, sus temores profundos a volver a vivir esa amarga experiencia e inquietudes por realmente se quiere cambiar de gobierno.

En su alocución donde anunciaba su participación en la contienda interna del nuevo y fuerte Partido Revolucionario Moderno hizo un copy page a un párrafo donde dice tener preocupación por los productores agrícolas (su plato fuerte) para que estos tengan acceso a las nuevas tecnologías... y por ahí sigue. Ahora?

Está claro, con una simple oposición política con coraje a los gobiernos peledeistas durante los últimos doce años, con voluntad de contribuir para que eso y muchas cosas más se lograra, con honestidad y sin doble moral ayudar a lograr su erradicación de los males que afectan a eses sector y al país en general. Mientras tanto esos productores se han pasado el tiempo cogiendo pela y no jugando domino en finca alguna.

Ahora es que se convence el ex residente Mejía de que la mayoría de nuestra población necesita y quiere vivir en un país mejor, ¡pero por Dios! Entonces no tenía esos conocimientos durante su gobierno de que se requiere oportunidad de alcanzar una vida digna en base al trabajo decente y honrado y  solucionar un rosario de males y calamidades que padece el pueblo dominicano.

Realmente no entiendo qué forma de amar al país dominicano es la que tiene Don Hipólito, pide unión y fomenta por debajo la desunión, juntos a sus caciques. Habla de esperanza y abre la olla de desesperanza con una participación preñada de terquedad y avaricia.

No se puede ser honrado y serio cuando se actuar con la mentira de forma reiterada. Que nos perdonen, pero es una realidad innegable, Hipólito Mejía le ha mentido a sus compañeros y al país de forma reiterativa y sin tapujo en perjuicio de la estabilidad general del país, de ese país que él dice amar. ¿...?, a ese país al cual el permitió el regreso del Rafles dominicano y todos sus secuaces.

Con sus mentiras nos condujo a todos a una reelección irracional comprada con papeletas, chantajes y coerciones, nos mintió cuando asistimos a un fallido intento de victoria electoral en el que a pesar del porcentaje alcanzado por la voluntad de cambio de un pueblo hastiado hasta la coronilla del gobierno de Leonel Fernández, no se obtuvo el objetivo por su culpa, por su grandísima culpa.

Lo grande del caso es que en durante la campana para ese certamen electoral, con su forma de actuar confeso en una reunión del sector municipal, que solo una persona como el (para no decir los términos reales que uso) se atrevía  a ir a una elecciones con el desastre económico que dejaría su Leonelito, el mismo Leonel que no se podía tocar.

No existe duda alguna en que estamos ante la presencia de un canto a la mentira, de manera tal que su opción a participar, luego de haber dicho, redicho que no aspiraría y hasta haber presentado al licenciado Luis Abinader como su candidato a la presidencia de la República. Esas aspiraciones son una mentira más y es por eso que el pueblo lo está castigando con el látigo del desprecio.  Los números están ahí.

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