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¿El gobierno es del PLD?

Claro que no. El gobierno no es de nadie en particular, es de todos. De hecho, es del pueblo. Pero el pueblo en pleno, no puede ejercer el gobierno, de ahí que nuestra Constitución establezca que el gobierno de la Nación es democrático y representativo; se ejerce por medio de representantes.

Son los partidos políticos quienes garantizan la elección y participación de ciudadanos en la toma de decisiones democráticas. El PLD es un partido político y como tal, está llamado a designar funcionarios que coadyuven en la dinámica de generar acciones transformadoras vinculadas a la doctrina de la organización. Hay una forma de lograr eso –habrá otras más– y es mediante la designación de funcionarios formados a partir de la concepción ideológica del partido y comprometidos con ella.

Evidentemente, estamos hablando de funcionarios que van a influir con sus decisiones en la vida de la gente. Funcionarios que mediante su servicio van a impactar la vida del pueblo, por usar las palabras del lema de la organización. En ese sentido, esos funcionarios no pueden estar desvinculados del Partido, su vida y sus principios fundamentales.

El gobierno del PLD tiene un gran reto, y es corregir el gran desfase que existe entre la doctrina del Partido y el accionar de muchos funcionarios que desempeñan roles importantes.

El diagnóstico está por realizarse, pero es un síntoma negativo el hecho de que un ciudadano acuse públicamente al Presidente de la República y al mismo tiempo ese ciudadano entre a formar parte del gobierno que acusa. No me referiré al ciudadano, si debió integrarse a una dinámica contraria a su pensamiento político o no, o si debió al contrario combatirla. Pero diré que habla mal fundamentalmente del gobierno y del Partido que no están preocupados por dotar a sus estructuras de un contenido ideológico propio de la organización, firme y coherente. Eso debilita al gobierno y debilita al partido; revela una profunda crisis en el funcionamiento de la organización política.

En fin, ante el argumento: “el gobierno no es del PLD”, hay que decir: claro que no, pero los partidos son instrumentos de cambio y transformación en beneficio de la gente, y tiene que haber una coherencia entre el despliegue de la actividad política del detentador del poder, el Partido y el poder en sí mismo.

El autor es abogado.

@DanielBeltreA

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