Día de las madres, una pantalla ridícula

Como no soy pieza mediática del espectáculo, sólo me presto a reírme del sentimiento perverso de los simuladores...

Esos que hoy hasta pintan flores, son los verdugos que nunca llevan los niños al médico, no van al colegio, ni saben del peso de la mochila social de cada madre.

Aunque admito que hay honrosas excepciones, la realidad que viven las madres en su inmensa mayoría, es deplorable...

Las madres jamás disfrutarán un día de elogios, cuando el resto viven bajo una eterna agonía impuesta por la paternidad irresponsable.

En nuestra condición crítica frente a la fecha, observo con impotencia la magnitud del cinismo que impacta demoledoramente a cada madre. Millones solteras y sin amparo de ninguna índole.

Una madre abandonada, sin presupuesto, y sin apoyo emocional, jamás disfrutará el aroma y colorido de una flor.

¡Qué sociedad, carajo! Donde los borregos y verdugos construyen circos para camuflajear la irresponsabilidad.

Tutela, la madre. Médico, la madre. Escuela, la madre. Terapia, la madre. Deporte, la madre. Condición especial, la madre. Tareas, la madre. En fin, la lista es muy larga...

Hoy, esa recua de supuestos padres, se atreven a escribir mensajitos ridículos.

Si usted es uno de los que sólo supo engendrar un ser humano, dejándole a la madre todos los compromisos que debió asumir a tiempo, déjese de celebrar este día...

Como sé, con toda seguridad que he asumido mi cuota como padre, rindo tributos a la madre que tuve, y a la ejemplar madre de mis hijos.