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Un desahogo doméstico

Ramón B. Ramírez Vásquez Ramón B. Ramírez Vásquez

Quien nunca sufrió la acidez económica de un barrio, jamás podrá entender la razón del neumático encendido en la esquina, ni la mata de plátano en el hoyo vial que ningún alcalde tapa hasta que la gente opta por tirarse a las calles, apelando a su único lenguaje alternativo.

Hoy en medio del debate acelerado sobre reformas, en esa misma proporción se ahonda la eterna factura del pasivo social.

La inmensa mayoría de la población ni gasta, ni invierte en términos económicos, por la crisis en el flujo de caja. Donde ingreso versus egreso es cuestión de aventura en el día a día.

Vayan a un barrio y verán lo que las autoridades miran, que no es lo mismo. Una economía de subsistencia, fuera de la tabulación de los tomadores de desiciones en políticas públicas.

Los gastos generalmente son supérfluos en los barrios, por falta de educación financiera, inestabilidad laboral, y pírricos ingresos.

En lo único que una familia pobre invierte es en la educación de los hijos. Unos recursos incalculables en alimentación, utilería, y dispositivos de comunicación.

Ahora bien, ¿dónde está mi mayor inquietud? Justo en esa enorme brecha social que viene impactando demoledoramente a los sectores más vulnerables.

Las reformas bien intensionadas jamás serán malas. Sería absurdo. Pero las proyectadas a la fecha no incluyen ningún una sustancial mejora en las economías precaristas.

El hecho de que el Banco Central predique que la economía está creciendo no indica que los dominicanos estemos bajos los efectos de de una sana economía. No es verdad.

En los barrios son miles los hogares que "desayunan" con coca cola y pan de agua. Las toman tibia porque los apagones no dan tregua.

Aunque soy compromisario con el gobierno, jamás dejaré de poner el oído del lado opuesto. Donde hay múltiples carencias elementales, como el servicio de recolección de desechos en Santo Domingo Este. Un puro caos.

¡Ah que están organizando un paro en determinada región, vayan, vean, escuchen, y confirmen que no es por "joder" la paciencia ni sacar capital político! Son demandas que muchos funcionarios hacen casos omiso.

En consecuencia, creo que la reforma también debe contener aspectos que incidan en el gasto y la inversión de los más pobres. De esos que religiosamente pagan su factura eléctrica aunque la energía no llegue.

Recuerden que el próximo año inicia la campaña electoral rumbo a los comicios del 2028. Sí, esos son los datos que tengo. Porque en el 26 ya la gatera tendrá muchos caballos.

Posdata:

El rancho hay que verlo desde adentro, pero también hay que estudiarlo desde afuera, con sentido bien crítico, y hasta escuchando los truenos adversos de la vecindad.

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