La insaciable sed de la IA
- Escrito por Pavel De Camps Vargas
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- Publicado en Opinión
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La inteligencia artificial (IA) es el motor de la revolución tecnológica actual, transformando cada aspecto de nuestras vidas: desde la salud hasta el entretenimiento. Sin embargo, el costo ambiental de esta “nueva era” se ha mantenido en las sombras, y es más alto de lo que imaginamos. Para operar y mantener su infraestructura, la IA depende de millones de galones de agua, un recurso ya escaso, en especial en zonas afectadas por la sequía y el cambio climático. En un mundo sediento, la carrera por una IA más avanzada podría estar sacrificando nuestro recurso más vital. ¿Estamos dispuestos a pagar este precio tan alto?
La paradoja del progreso: la IA como factor de escasez
En The Dalles, Oregón, un pequeño pueblo estadounidense en medio de un clima desértico, los residentes se ven atrapados en una paradoja inquietante. Mientras luchan contra restricciones de agua, el centro de datos de Google consume más de un cuarto del agua potable de la localidad. ¿El motivo? Refrigerar los procesadores de IA que sustentan los servicios de millones de usuarios en todo el mundo.