Mi experiencia en el LABBS
- Escrito por Jottin Cury Melo
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- Publicado en Opinión
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En un contexto nacional donde la violencia armada representa una preocupación constante, el Estado dominicano ha dado un paso trascendental al establecer el Laboratorio Balístico y Biométrico del Sistema Nacional de Armas (LABBS). Este centro de alta tecnología se ha convertido en un pilar fundamental para garantizar la legalidad, seguridad y trazabilidad de las armas de fuego en el país, brindando soporte técnico-científico a los procesos judiciales y administrativos relacionados con su uso y control.
La creación del LABBS respondió a la creciente necesidad de contar con una herramienta científica capaz de arrojar luz sobre los crímenes cometidos con armas de fuego.Anteriormente, la carencia de procedimientos objetivos y centralizados dificultaba establecer vínculos claros entre armas y hechos delictivos. Hoy, gracias al LABBS, la República Dominicana dispone de un sistema de identificación balística confiable que permite, por ejemplo, comparar un proyectil recuperado en una escena del crimen con las huellas registradas en su base de datos.
El laboratorio no solo cumple funciones forenses, sino que también es un punto esencial en la emisión y renovación de licencias de armas de fuego. Todo ciudadano que posea un arma debe pasar por un proceso que incluye inspección física del arma, toma de huella balística, actualización de datos biométricos y verificación de antecedentes. Este proceso inicia con la recepción del solicitante, quien debe presentar su cédula, licencia anterior, el comprobante de pago y el arma de fuego.
Luego, en estaciones blindadas y bajo estrictas medidas de seguridad, el arma es recibida, inspeccionada, asegurada y registrada bajo un código único que permite mantener el anonimato del propietario dentro del proceso. Esto garantiza la imparcialidad y elimina el riesgo de favoritismos o discriminaciones. Es importante señalar que solo se aceptan armas cortas, como pistolas o revólveres, ya que las largas poseen cañones lisos que no dejan huellas balísticas identificables. Esto permite enfocar el registro que generan marcas útiles para la trazabilidad y la investigación criminal.
El concepto central del laboratorio gira en torno a la huella balística, una marca única que cada arma deja tanto en el proyectil como en el casquillo, incluso si son del mismo modelo y marca. Por ejemplo, en las pistolas “Glock” la huella suele ser rectangular, pero dentro de esa forma, cada arma tiene pequeñas diferencias debido al uso, el desgaste y otras condiciones particulares. El proyectil disparado adquiere características únicas debido a las estrías del cañón, que son los surcos internos del arma, y por la aguja percutora en el casquillo, las cuales permiten la identificación del arma utilizada. Estas estrías imprimen un patrón específico en el proyectil cuando este atraviesa el cañón. Asimismo, esta huella puede variar con el tiempo debido al uso, lo que justifica su actualización anual. Gracias a esta base de datos, si un arma registrada se ve involucrada en un crimen, su identificación es rápida y confiable.
El proceso no culmina con el disparo de prueba. Las muestras obtenidas, es decir, el proyectil y casquillo, son recolectadas con herramientas especializadas y enviadas al laboratorio digital para su escaneo y análisis. El sistema informático realiza una preselección de posibles coincidencias, pero es un perito balístico quien, finalmente, confirma con rigor científico si existe correspondencia legalmente válida.
El LABBS también cuenta con áreas de evaluación médica, laboratorio antidoping y examen psiquiátrico, lo que facilita una experiencia de “ventanilla única”, toda vez que se realiza un solo viaje para efectuar todas las pruebas necesarias en el mismo lugar. Además, las estaciones de disparo están diseñadas con altos estándares de seguridad, incluyendo cajas de arena para disparos accidentales de quienes manipulan o inspeccionan el arma, como también protocolos que minimizan el riesgo de exposición a metales pesados como el plomo, lo cual resulta curioso debido a que la inhalación de este metal en altos niveles puede causar anemia y, en las mujeres, afectar la fertilidad. Todo esto se logra sin incidentes reportados desde su creación hace más de una década, lo que refleja un sistema eficaz, seguro y transparente.
La visita al LABBS constituyó una experiencia enriquecedora y altamente formativa, permitiéndome observar de primera mano cómo se articulan la técnica, el derecho y la ciencia en la práctica procesal penal. Fue una oportunidad de aprendizaje integral que aportó conocimientos valiosos tanto para la comprensión del sistema de justicia como para el desarrollo profesional futuro. La experiencia vivida en el LABBS demuestra cómo un enfoque técnico-científico y bien estructurado puede fortalecer no solo la seguridad ciudadana, sino también la credibilidad del sistema judicial. El laboratorio balístico no solo identifica armas, también garantiza justicia, previene el uso indebido y educa sobre la responsabilidad que implica portar un arma en un Estado Social y Democrático de Derecho.