La comunicación de las obras musicales por cualquier procedimiento o medio conocido, y en particular su puesta a disposición de forma tal que los miembros del público puedan acceder a ellas en el lugar y en el momento de su preferencia, debe ser autorizada por sus autores, sus causahabientes o sus representantes, conforme los art.19, numeral 6, y 128 de la Ley 65-00.

En ese sentido, la comunicación pública a través de plataformas digitales requiere de licencias otorgadas a dichos medios de difusión por los titulares de derechos respectivos, ya sea los propios autores o sus causahabientes, editoras musicales, las productoras de los fonogramas en los que se hubiesen incluido, las sociedades de gestión colectiva que los representen o los terceros a los cuales se les haya concedido esa facultad como agregadores.

Las regalías generadas por su puesta a disposición pueden ser liquidadas a partir de diferentes modelos.

Un primero es el de prorrata, el utilizado por la mayoría de plataformas de streaming, en el que los ingresos generados por las suscripciones premium y la publicidad se agrupan en un fondo común, del cual se distribuyen las regalías a los titulares de derechos en función de la popularidad global de su música en la plataforma.

Un segundo es el user centric o basado en el usuario, en el que los ingresos generados por las suscripciones premium y la publicidad se distribuyen en función de lo que cada usuario escuchó en un mes.

Un tercero es el de la participación en ingresos, también conocido como revenue share, en el que los ingresos se comparten entre los titulares de derechos y la plataforma en función de un acuerdo previamente establecido.

Un cuarto es el modelo de pago por descarga o compra, en el que los usuarios pagan una tarifa fija por descargar o comprar música de forma individual.