CDES: Santiago, lecciones que nos dejaron unas elecciones
- Escrito por Juan Almonte Castillo
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- Publicado en Opinión

El 29 de mayo 2025, en el edificio empresarial, testigo mudo de los acuerdos, desacuerdos, lealtades, traiciones, repartos... se escenificó, el último acto, o el primero, depende de cómo se evalúe, de una obra de teatro cuyo guión se vino escribiendo en los últimos 30 años.
No importa, o al menos no importará mucho si no se aprendió la lección, quién ganó y quién perdió: 4 votos fueron la diferencia entre la plancha ganadora y la perdedora, entre cuyos miembros había personas o instituciones que aparecían en ambas, en una palabra eran seguros ganadores no importaba cuál fuera el resultado final.
Iglesia, partidos, gobierno empresarios y ONG’s luciendo sus mejores galas, y resguardado por el glorioso ejército dominicano, garante del statuo quo, nos dejaron algunas lecciones que deberíamos aprender.
1.Ya no hay más un solo Santiago que proclama al resto del país " su bien hacer", su "bien planear", su "su bien consensuar", sus Premios y sus CIDEUs, sus cantinflescas expresiones rellenadas de enciclopedismo rancio, porque si bien puede enarbolarse como bandera la declaración de los derechos del hombre de 1789, fue esa misma Francia revolucionaria la que se traicionó a sí misma negando esos derechos a los negros esclavos que en 1804 proclamaron la república haitiana.
2.Hay una sola mesa de reparto, no importa quién la encabece, para consensuar quién se queda con los huesos y quién con la carne, la crudeza de la realidad es que fueron 4 votos los que decidieron que la "res pública", en este país, tiene nombre y apellido y que no basta " coser la sotana del obispo" como para que los hijos del sastre se sienten en la mesa donde come el obispo con sus invitados, o se perciban como iguales a los hijos de éstos por haber estudiado con becas en el colegio católico más importante de la ciudad.
3.La sobre representación de algunos sectores en detrimento de otros es una agenda pendiente que deberá ser corregida en los próximos dos años de gestión: Pucamaima, por ejemplo, posee votos a través de la rectoría como tal, del CEUR y de la Asociación de Egresados, si se agrega el del Arzobispo, presidente de su consejo directivo ex oficio, tiene, por sí sola, los votos equivalentes al resto de las otras 4 universidades miembros del CDES.
4.La política de creación de consejos para aglutinar sectores sociales y facilitar su consenso es anacrónica, pierde toda vigencia cuando los pocos que deciden son básicamente los mismos: Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES) Consejo para el Desarrollo del Centro Histórico, Consejo para el Ordenamiento Territorial (POT), Corporación Ciudadana Santiago Solidario, significaron y significan amputación de funciones en detrimento del gobierno local, se impone una revisión de la resolución que dió vida al CDES y a su Plan Estratégico.
5.La planeación del municipio es y deberá seguir siendo competencia exclusiva del ayuntamiento y de sus órganos competentes: no hay un solo ejemplo en el mundo donde sea competencia de otra instancia privada. Tampoco ha existido en el mundo un municipio, ni siquiera en esta América macondiana, donde el alcalde, síndico o presidente municipal, acepte participar en unas elecciones donde se le coloque en las dos planchas contendoras en una como vicepresidente y en la otra como vocal.
6.El listado de membrecía del CDES, lejos de aumentar debería reducirse, y la elección de sus miembros deberá ser en función de su representatividad real no para aparentar participación. Asimismo deberá existir un mecanismo de verificación que garantice que fueron electos por voluntad de la mayoría en sus respectivas asambleas. La mayoría de las instituciones que conforman el CDES son expresiones del secuestro de los procesos democráticos internos disfrazados de elecciones en las que se hereda el poder entre familiares y amigos incondicional es al mejor estilo monárquico.
7. El CDES deberá abocarse a una reflexión abierta sobre su naturaleza y plantear una nueva propuesta de articulación que respete el nuevo escenario creado a partir del 29 de mayo: mayor pluralidad, una dirección ejecutiva sin protagonismo, abierta a todas las propuestas, propiciar el uso transparente de los recursos públicos, fortalecer las instituciones ejecutoras y apartarse de Compromiso Santiago para no continuar siendo juez y parte, manteniendo su carácter de instancias externa para poder evaluar, detectar fallas y proponer correctivos cuando fuera necesario.
8.El boulevard de la Benito Monción, un espacio con vocación de encuentro para los amantes de las artes, no debería dejarse a merced del apetito voraz de los especuladores inmobiliarios, deberá conservar su uso mixto, con habitantes que le dé vida, para lo cual deberá crearse un fondo público privado que garantice a los propietarios acondicionar y habilitar para pequeños negocios familiares, si así lo desean, los inmuebles del Centro Histórico.
9.Los nuevos sistemas de transporte que tiene y tendrá Santiago, permitirán el flujo de personas al Centro Histórico, no hay excusa que impida coordinar con la Dirección Provincial de Cultura, la Dirección de Cultura del Ayuntamiento y las instituciones privadas: 37 por las Tablas, Casa de Arte, que desarrollan casi una labor quijotesca, sin recursos, una agenda cultural que pase de los libros y planes a acciones sistemáticas que influyan en los cambios necesarios para contar con una ciudadanía que exige derechos y cumple deberes.
10. La Dirección de Patrimonio Monumental fue acogida en el inmueble propiedad del Consejo del Centro Histórico cuando el Instituto de Cultura y Arte (ICA) le solicitó salir de sus instalaciones, mal haría hoy con apoderarse de un bien que nunca le ha pertenecido y mucho menos demandar la salida de las mismas de la Corporación Ciudadana Santiago Solidario.