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Carta Abierta a Delio Gómez Ochoa

Por decir que los que protestan son "delincuentes de la política" Profesor Juan Manuel Rosario envía Carta Abierta a Delio Gómez Ochoa.

 

Señor

Delio Gómez Ochoa

Toda persona tiene derecho a estar al lado de la posición que ella entienda, eso no se cuestiona. Es una prerrogativa que le asiste como signatario de derechos humanos inalienables; pero jamás tiene derecho a irrespetar u ofender a un pueblo; los pueblos son sagrados; y ninguna persona puede arrogarse la facultad o el derecho de agredir a un pueblo por mucha gloria que él entienda tener; ya José Martí sentenció eso cuando dijo que "toda la gloria de un hombre cabe en un grano de maíz."

No comparto en absoluto las declaraciones de Delio Gómez Ochoa, en el sentido de que quienes participan en las protestas contra el paquetazo y el hoyo fiscal "Son delincuentes de la política que deben estar detrás de las rejas por sus infamias y su podredumbre". Las protestas son un derecho que tienen todos los pueblos para hacer valer sus aspiraciones, y ninguna pasión política o ideológica puede desconocer esa realidad incontrovertible.

Delio Gómez Ochoa, además de venir como protagonista destacado en la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo en el 1959 para derrocar a Trujillo, fue uno de los que participó en la guerrilla encabezada por el Comandante Fidel Castro, el Comandante Ernesto -Ché- Guevara... Ese hecho lo pone en contacto directo con las ideas de José Martí, a quien Fidel Castro en "La Historia me absolverá" lo declaró como el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada. Por esa razón, Delio Gómez Ochoa no debe olvidar jamás las ideas martianas.

José Martí dijo: "Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado. Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas, y permite que pisen el país en que nació (...), no es un hombre honrado." (Ver la Edad de Oro, Tres Héroes, José Martí).

Precisamente eso es lo que está haciendo el pueblo dominicano, tratar de rescatar la honradez que le ha sido conculcada. El pueblo dominicano está pidiendo una nueva forma de hacer política; de superar los viejos marcos de referencia democrática que han sido soporte de los políticos de ayer y hoy en la República Dominicana; sean peledeistas, perredeistas, reformistas o de cualquier bandería partidaria; lo que está en juego es un nuevo horizonte de la vida democrática de la República Dominicana; lo que se está rechazando es el privilegio exorbitante y la corrupción rampante de políticos de todos los partidos; y es correcto, correctísimo, lo que la sociedad dominicana está reclamando.

Ha sido un gravísimo error de quienes justifican las barbaridades de unos alegando que ya otro lo hizo peor, o quienes aceptan y justifican las aberraciones de quienes son sus allegados o compañeros de partido por el solo hecho de ser compañeros o camaradas.

Los que están en las protestas no "Son delincuentes de la política que deben estar detrás de las rejas por sus infamias y su podredumbre"; lo que pasa es que "hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor (...) cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros hombres que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se revelan con fuerza terrible contra los que le roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro". (José Martí, la Edad de Oro, Tres Héroes).

El dominicanísimo Máximo Gómez asumió la causa de la independencia cubana, junto con José Martí, el gran apóstol de la libertad, y se entregó a la lucha por la libertad de Cuba, no como un favor, sino como un deber histórico; y es importante que fuera como un deber histórico y no como un favor; porque los favores muchas veces se cobran, y con el deber solo se cumple, porque la patria es ara y no pedestal, aseguró el gran José Martí.

En el mismo año de la muerte de José Martí (1895) nació en Nicaragua Augusto César Sandino, quien luchó de manera ferviente por la libertad de Nicaragua, y las primeras armas que ese héroe centroamericano usó fueron ayudadas a conseguir por prostitutas que jamás fueron desdeñadas ni maltratadas por el héroe nicaragüense.

Gregorio Urbano Gilbert, dominicano, estuvo al lado de Sandino en la defensa de la libertad y la soberanía de ese país; y Gregorio Urbano Gilbert, por mucho mérito que tuviera, como en efecto lo tenía, en el caso hipotético de que se hubiera presentado la circunstancia histórica, no se hubiese arrogado el derecho de llamarle que "Son delincuentes de la política que deben estar detrás de las rejas por sus infamias y su podredumbre" a los fundadores en el 1961 del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Carlos Fonseca Amador, Santos López, Tomás Borges, Germán Pomares Ordóñez y Silvio Mayorga; es seguro que Gregorio Urbano Gilbert jamás lo hubiese hecho; o cuando la sociedad nicaragüense le ponía todos los calificativos peyorativos a los primeros luchadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua; y por qué Gregorio Urbano Gilbert no lo hubiese hecho? porque lo único grande es el pueblo, y toda la gloria de un hombre cabe en un grano de maíz.

Precisamente, no es la primera vez que a quien defiende sus ideas tratan de descalificarlo con epítetos; a Gregorio Urbano Gilbert, y a los que junto a él resistieron la intervención norteamericana en el 1916 en República Dominicana, le llamaron peyorativamente "Gavilleros" cuyo único pecado fue asumir la decisión de tener en sus ideas algo que hasta lo escribió en un papelito que decía: "Muero, pero muero satisfecho porque es un acto de protesta contra la invasión de mi patria por fuerzas extranjeras."

Más o menos en la misma época histórica en que Sandino articulaba (1926) su ejército de hombres libres en Nicaragua, surge un movimiento en Brasil conocido como tenentistas (proviene de tenientes) encabezado por Luis Carlos Prestes, conocido como el caballero de la esperanza, de donde nace la Columna Prestes, cuyos objetivos eran enfrentar militar y políticamente al gobierno establecido; no sería fácil llamarle a estas personas que "Son delincuentes de la política que deben estar detrás de las rejas por sus infamias y su podredumbre", por el solo hecho de defender sus ideas, independientemente de que se esté o no de acuerdo con ellos; lo importante que hay que tomar en cuenta es la complejidad de los procesos históricos, desde la perspectiva social, económica y política, por lo que no se le debe dar una respuesta tan simplista a un problema tan profundo.

De igual manera, resultaría un gran desacierto histórico llamarle "delincuentes de la política" a los que participaron del Bogotazo del 1948, reclamando justicia y condena de los culpables de haber asesinado a Jorge Eliezer Gaitán, líder colombiano que enarbolaba el discurso contra la oligarquía y a favor de los pobres.

Las denuncias realizadas por Eduardo Chibás contra la corrupción en Cuba, que condujo a este popular dirigente inclusive a quitarse la vida durante la realización de un discurso emblemático (1951) para la lucha de Cuba, no admitía, en ese momento histórico, ser calificado como "delincuente de la política que debe estar detrás de las rejas por sus infamias y su podredumbre".

Esta poquísima referencia histórica, de las tantas que hay en América Latina, es sólo para observar que se requiere de una gran prudencia pragmática y de carácter histórico para descalificar a aquellos que reclaman otro comportamiento en la vida política de la República Dominicana.

Cada hombre y cada mujer asumen la responsabilidad que su época histórica le reclama, y creo que la juventud dominicana está cumpliendo con ese deber. Estoy convencido que las circunstancias históricas determinan el camino a seguir para toda persona, lo único es que ese camino nunca debe estar apartado de los intereses generales de la sociedad. Si me hubiese tocado vivir en la época del 50, hubiese sentido la honra de estar al lado del héroe de Santa Clara, o del héroe de Yaguajay, y también posiblemente hubiese estado en la gesta de Constanza, Maimón y Estero Hondo.

Si en el año 1965 hubiese tenido la edad suficiente, es casi seguro que hubiese estado en la trinchera del honor cumpliendo con mi deber, al lado del Coronel Caamaño. Porque esa era la tarea del momento, la tarea impuesta por la historia, y no hay hombre más valiente que otro; la "valentía", me dijeron cuando niño, no la venden en farmacia; solo se necesita ideas para asumir compromisos históricos.

Pienso que lo que está pasando en la República Dominicana es precisamente eso, un pueblo que ya se hartó de la actitud de políticos provenientes de todos los partidos que han exagerado su comportamiento en detrimento de la democracia dominicana.

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