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Feria del Libro: Más de lo mismo

La XVI Feria Internacional del Libro 2013 se promueve como exitosa por la cantidad de personas que visitan sus calles. Es cierto, miles de personas se pasean por las calles, se mueven a los espectáculos artísticos, especialmente de música urbana;  y por los puntos de venta de comida rápida. La Feria del Libro constituye una gran fiesta para los visitantes.

Años tras años hago una visita a la Feria del Libro, pero más obligado por la curiosidad y la presión familiar que motivado por un interés de conocer las ofertas o exposición de literaturas o bibliografías que son de mi gusto.

Lo que he podido observar, por una parte, es que la mayoría de las librerías ofertan libros de cocina, de desarrollo personal, algunos con contenido vinculados a tecnología, música, Etc. Y por otra parte una ausencia casi total de libros sobre economía, ciencias políticas, historia, antropología, filosofía, urbanismo, arte. Los libros de autores considerados como clásicos es difícil encontrarlo. Podría decirse que la venta de este tipo de libro no es rentable. Sin embargo la rentabilidad en una Feria de esta naturaleza tiene que combinar objetivos que busquen promover el desarrollo del conocimiento científico-tecnológico de los ciudadanos, además de los beneficios económicos de los vendedores.

En esta Feria y en las de años anteriores se observa que los paneles, foros y diálogos están enfocados regularmente a la poesía, música, teatro y arte. Es difícil encontrar una reflexión sobre cultura política, el estado de derecho, los derechos ciudadanos, los movimientos sociales, los avances científicos tecnológicos en el mundo y en República Dominicana. Cuando se visita la Cinemateca se podrá dar cuenta que tienen una cartelera de cine con documentales y  películas, algunas de las mismas, que ya están pasadita de tiempo, y que están de venta en las esquinas dominicanas como son los casos de Pasaje de Ida, la Violencia del Poder, Sanky Panky, Juniol, Lotoman, Andrea, La Soga, el Rey de Najayo, Etc. Muy poco material originado o producido en Ecuador, país a que se le dedica la Feria.

A los miles de niños y niñas de las escuelas se le observa paseando y sin brújula. Le pregunté a un profesor si tenían algún programa para la visita y la respuesta fue que fueron a "pasear como todos los años". El Ministerio de Educación y los organizadores de la Feria del Libro, parece ser, que no están coordinado para que los estudiantes visiten la Feria y puedan disponer de charlas, conversatorios o cursos de motivación a la lectura. Si usted observa a su alrededor se dará cuenta que muy pocos estudiantes disponen de una "funda" o bolsa donde tengan guardado los libros que pudieran comprar o recibir de donaciones que podrían realizar las instituciones públicas.

También se observa una cantidad enorme de instituciones públicas cuyas funciones no tienen relación con la producción bibliográfica, el fomento de la lectura y los objetivos de la Feria. Cuando el visitante se acerca a los estantes se encuentran que están vacíos o con materiales impresos que no despiertan el interés de los visitantes. Muchos de estos materiales, los cuales donan, pero parece que están limpiando sus almacenes.

Otra parte triste e imperdonable es la cantidad de universidades que tienen estantes, stand o carpas. Estas academias podrían tener un papel más relevante o destacado en el debate académico e intelectual. Aunque parece ser que su interés está muy marcado por vender un pensum y aprovechar la Feria como oportunidad para captar nuevos estudiantes, lo cual no estaría mal si lo combinarán efectivamente con la promoción de reflexiones sobre el desarrollo de las ciencias y el saber científico.

Hay que esperar, si no es una utopía, que en la próxima Feria Internacional del Libro se produzca un cambio, el cual deber permita  ver que hay más personas en los stand de la librería que en los puestos de comida rápida, donde se busca hot dog, pizza y cachapa; y que frente a las tarimas donde se baila a ritmo de reggaeton, gameboy, el mambo de Omega, Etc. !

!Ojalá! en el 2014 este artículo de opinión pierda vigencia. Lo contrario llevaría a repetir que la XVII Feria Internacional del Libro 2014 es más de lo mismo.

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