Hombre lleva 9 años conviviendo con manada de perros en La Romana

Esta tierra de encantos turísticos y de producción de caña guarda ricas y extrañas historias, que se convierten en insólitas por la forma que son llevadas y narradas en filmes y escritas en la prensa impresa y digital, como la vida de Juan José Severino de los Santos, que lleva nueves años que duerme día y noche junto a una manada de perros en las inmediaciones del mercado municipal.

Es que la vida de este hombre se ha hecho inmune y es notorio ver como garrapatas y pulgas también andan sobre sus harapientas y malolientes vestimentas, como si nada le importara.

Nadie sabe explicar de dónde viene este hombre que lleva tanto tiempo en las inmediaciones del mercado, ganándose algunos pesos por desmontar cajas de pollos y otros productos que llegan a las granjas del mercado municipal.
Los perros, algunos sarnosos y cubiertos de pulgas y garrapatas viven sobre él y lamen sin que a él le llame la atención ni  moleste para nada la presencia de los canes. Es realmente un cuadro desgarrador en la que Salud Pública o cualquier otra autoridad debe intervenir, para evitar una muerte sin necesidad de un ser humano que debe ser tratado como tal.

A Severino nadie le conoce familia ni casa donde dormir; el lleva casi 10 años viviendo en medio de la mugre que representa el mercado municipal de La Romana.
Turistas y residentes en esta ciudad ya lo buscan para hacerle fotos, que imaginamos publicarán en carteles y revistas del mundo, dando cuenta del hacinamiento que se vive en esta turística ciudad.

La morada de Juan José Severino está justamente al lado de una parada de motoconchos en las inmediaciones del Mercado Municipal, quienes son testigos sin excepción de la vida que arropa a este humilde hombre.
Mientras Severino duerme, los perros lo cuidan tan bien que nadie puede acercarse a él, para no alcanzar mordidas de los canes. Se han familiarizado tanto con el solitario hombre, que ladran cuando alguien se arrima a su "amigo".
La comida de los animales es gestionada por el infortunado hombre, que para comer lo hace entre los animales, a quienes reparte huesos y arroz de la comida que compra y gestiona para la manada.