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Denuncian cacería de haitianos en la frontera para expulsarlos del país

Haitianos detenidos de forma arbitraria por el Ejército Nacional, según el Servicio Jesuita con Migrantes apostados en Jimaní. Haitianos detenidos de forma arbitraria por el Ejército Nacional, según el Servicio Jesuita con Migrantes apostados en Jimaní. Foto: suministrada por la fuente

El Servicio Jesuita afirma que "las expulsiones colectivas de extranjeros que se están realizando en estas semanas por parte de los Generales del ejército dominicano en los puntos fronterizos, están prohibidas por el derecho internacional y por el art. 37 del decreto 327-13 de la normativa interna del país, ponen trabas al proceso de regularización, se saltan el respeto a la dignidad de las personas y rompen el compromiso del gobierno de Danilo Medina con el respeto de los derechos humanos, no solamente de los dominicanos y dominicanas, sino también de los extranjeros".

El Servicio Jesuita con Migrantes con sede en Jimaní denunció que las Fuerzas Armadas han iniciado una cacería de haitianos para expulsarlos sin ningún procedimiento legal que ampare dicha acción y obviando los que se han acogido al Plan de Regularización que finalizará el 16 de junio de año en curso.

"Las unidades interinstitucionales del ejército dominicano realizan a diario por los puntos fronterizos expulsiones colectivas de extranjeros obviando la prohibición de parar las deportaciones respecto de las personas radicadas en el territorio de la República Dominicana que se hayan acogido al Plan de regularización que finaliza el próximo 16 de junio" afirma la institución católica en una nota enviada a MunicipiosAlDia.com.

Según el servicio jesuita, el Ejercito Nacional de República Dominicana ha adscrito unos 370 soldados, los cuales rotan cada cierto tiempo, y una unidad varios cuerpos castrenses con 300 hombres para detener los extranjeros en sus propias casas, trabajos o cuando circulan por las calle para expulsados sin un registro de quien era esa persona, ni quien firma su deportación y mucho menos sin notificar a las autoridades del Estado de origen, violando las normas procedimentales y los derechos fundamentales sin que la justicia correspondiente intervenga.

Las expulsiones compulsivas han creado el rechazo de los ciudadanos haitianos residentes en Jimaní, los cuales realizan protestas que son apoyadas por las organizaciones de la sociedad civil que observan impotentes las persecuciones y la falta de respeto a la dignidad de las personas que los miembros del ejercito realizan con los migrantes que llevan muchos años aquí.

El Servicio Jesuita documentó el caso de Rossette, detenida el pasado lunes en Boca de Cachón cuando regresaba de trabajar en el mercado de Malpaso. A pesar de sus 17 años viviendo en República Dominicana, se encuentra realizando sus trámites para la regularización con dos niños inscritos en el proceso de naturalización de la ley 169-14.

Otro caso es el de Francesca, quien fue detenida el sábado, y no han valido sus 16 años viviendo en el país, ni los dos niños pequeños con un hombre dominicano, para haber sido detenida dos veces en Jimaní, lugar en el que reside y estudia, y expulsada hacia Haití, sin importar que muestre a los agentes del Ejercito Dominicano su papel de inscripción en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.

Otro caso es el de Adonite, 20 años viviendo en República Dominicana, trabaja y tiene una niña de 5 años con un hombre dominicano, realizó su inscripción en el Plan de regularización hace siete meses y fue detenida ayer para ser deportada cuando se dirigía a su trabajo. Estas historias no son sucesos aislados sino una práctica cotidiana que miembros de las fuerzas armadas están realizando y que dan como resultado la cifra de 200 personas expulsadas diariamente por los cuatro puestos fronterizos.

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