La autenticidad del soborno tiene ribetes que van más allá de una simple entrega de recursos económicos proveniente de sobornantes y sobornados. Es un sostén desequilibrado con ciertos desatinos que se refleja a diario entre personas influyentes, encabezados por representantes empresariales, profesionales, periodistas, ecologistas, comunicadores, religiosos y organizaciones no gubernamentales, entre otros, que urgan en la cimientes del trono oficial para obtener beneficios certificados fraudulentamente.