Jimmy "Barbecue" Chérizier: El delincuente que desafía Haití y despierta de un largo letargo a la seguridad nacional
- Escrito por Coronel C.B. Jorge Reyes
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- Publicado en Haïti
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La figura de Jimmy "Barbecue" Chérizier ha emergido como una de las más influyentes en la crisis haitiana. Expolicía convertido en líder criminal, su ascenso marca un capítulo oscuro en la historia de Haití, donde el colapso estatal ha permitido que las bandas armadas se conviertan en actores clave del poder. Su impacto no solo afecta a Haití, sino que ha generado preocupación en República Dominicana, donde el gobierno ha reforzado su seguridad nacional ante posibles amenazas.
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Orígenes: Del uniforme policial al crimen organizado
Nacido el 30 de marzo de 1977 en Delmas, Puerto Príncipe, Chérizier creció en condiciones humildes. Inicialmente, se convirtió en agente de la Policía Nacional de Haití, sirviendo en la Unidad para el Mantenimiento del Orden. Sin embargo, su carrera tomó un giro drástico tras su implicación en la Masacre de La Saline en 2018, donde murieron al menos 71 personas. Este evento lo llevó a ser sancionado por Estados Unidos en 2020, marcando el comienzo de su vida como líder de bandas.
Construcción de un imperio criminal
Expulsado de la policía, Chérizier reorganizó a los grupos armados y fundó la federación G9 y Familia, uniendo a las bandas más poderosas de Haití bajo su liderazgo. Su estructura paramilitar controla vastas zonas de Puerto Príncipe, imponiendo su autoridad en ausencia de un gobierno funcional.
Métodos de financiamiento y control territorial
Las bandas lideradas por Chérizier han prosperado gracias al secuestro, narcotráfico y extorsión. Su discurso ha evolucionado hacia un enfoque populista, presentándose como defensor de los pobres y utilizando esta imagen para consolidar su influencia. Sin embargo, su reinado se basa en el terror y la violencia, con informes sobre el uso de niños soldados y ataques brutales contra opositores.
El desafío al gobierno haitiano
En 2024, Chérizier encabezó una ofensiva para derrocar al primer ministro Ariel Henry, bloqueando carreteras y paralizando el país. Su movimiento dejó en evidencia la debilidad del Estado haitiano, que ha perdido control sobre gran parte del territorio. Según datos de la ONU, la violencia de bandas ha causado más de 2,500 muertes en Haití en el último año, lo que demuestra el nivel de crisis humanitaria que atraviesa el país.
¿Cruzarán las bandas haitianas la frontera para adueñarse de la isla?
El temor de una posible expansión de bandas haitianas hacia República Dominicana es una preocupación latente, pero no es viable debido a varios factores:
Las fuerzas dominicanas han reforzado el control fronterizo con vigilancia militar y tecnología avanzada; las instituciones en República Dominicana siguen siendo sólidas, evitando que el crimen organizado pueda operar con la misma facilidad que en Haití y la presión internacional impediría cualquier intento de expansión criminal, ya que organismos como la ONU han intervenido en crisis similares.
Seguridad nacional y el impacto en República Dominicana
Ante el avance de las bandas haitianas, República Dominicana ha reforzado su seguridad nacional para evitar una posible expansión del crimen organizado.
La estrategia incluye: Defensa militar: Un aumento en el despliegue de tropas en la frontera; seguridad fronteriza: Implementación de la verja perimetral inteligente con sensores y vigilancia avanzada; ciberseguridad: Prevención de ataques digitales y protección de infraestructuras críticas; orden público: Detención de posibles infiltrados y refuerzo de patrullajes y diplomacia y cooperación internacional: Coordinación con organismos como la ONU y Estados Unidos para evitar desbordes de la crisis haitiana.
Testimonios de expertos sobre la crisis haitiana
Expertos en seguridad han señalado que la crisis haitiana no solo afecta a Haití, sino que tiene implicaciones directas en la estabilidad regional. En un análisis reciente, el politólogo Rosario Espinal descartó la idea de una invasión haitiana, pero reconoció que la migración masiva y la presencia de bandas representan un desafío para la seguridad dominicana.
Además, un informe de Amnistía Internacional señala que las bandas han utilizado tácticas de guerra para consolidar su control sobre Puerto Príncipe, lo que evidencia que estos grupos operan con una estructura organizada y estratégica que desafía cualquier intento de pacificación.
Por otro lado, el ministro de Defensa haitiano, Jean Michel Moïse, ha denunciado que el tráfico ilegal de armas y drogas, procedente de Estados Unidos, República Dominicana y Colombia, ha sido un factor clave en la violencia armada que desangra Haití.
El papel de los actores internacionales en la crisis haitiana
La comunidad internacional ha sido criticada por su falta de acción efectiva ante la crisis haitiana. Mientras la ONU ha advertido que Haití se acerca a un "punto de no retorno", la OEA ha sido señalada por su ineficacia en la gestión de la crisis.
Estados Unidos ha tomado un rol más activo, presionando por una intervención internacional y respaldando la misión multinacional liderada por Kenia para apoyar a la Policía Nacional de Haití. Sin embargo, expertos han advertido que cualquier intervención debe evitar ser percibida como un neocolonialismo, ya que esto podría generar rechazo en Haití y en otros países de la región.
Conclusión: Un poder limitado y una nueva amenaza digital
Chérizier ha construido un imperio dentro de Haití, pero su liderazgo enfrenta límites estructurales. Sin instituciones que lo respalden ni recursos para expandirse fuera de Puerto Príncipe, su influencia sigue siendo una amenaza interna, más que externa.
Además, los Seminarios Hemisféricos de Ciberseguridad han advertido sobre el impacto del crimen organizado en el mundo digital. Las bandas haitianas han comenzado a utilizar herramientas tecnológicas para coordinar ataques, financiar operaciones ilícitas y desestabilizar gobiernos. La ciberseguridad se ha convertido en un factor clave en la estrategia de seguridad nacional, y República Dominicana ha reforzado sus capacidades para anticiparse a posibles amenazas en este nuevo frente de batalla.
El gobierno dominicano ha destinado más de 2.000 millones de pesos para reforzar la seguridad fronteriza, según el Ministerio de Defensa, lo que demuestra la seriedad con la que se ha tomado el posible impacto del crimen haitiano en la región.
El futuro de Haití sigue siendo incierto, y la influencia de líderes como Chérizier plantea serios desafíos para la estabilidad de la región. ¿Hasta dónde podrá llegar su ambición?