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¡Búscamela rubia o indiesita!

Un día estaba por uno de esos lugares donde hay varias tiendas, una al lado de la otra. Entre las vitrinas de una de ellas vi una pieza que me llamó la atención, y sin pensarlo dos veces entré y me auxilié de una de las encargadas de departamento, le señalé la pieza y le pedí una de mi talla.

Al momento llegó la joven con el pedido. Me quedó a la perfección, pero el color no me gustaba, entonces le pedí que tratara de conseguirme esa misma talla, pero en rubio o indiesito bonito...

La joven no disimuló su asombro, y sus expresiones faciales fueron idénticas a las que seguro, usted lector o lectora, ha puesto. Me miró sorprendida y consternada, seguro pensó que yo estaba loca. Me dijo que la disculpara, pero que con todo el respeto que me merecía no jugara con el tiempo de su trabajo.

La miré fijamente a los ojos y le comencé a explicar que utilizo ese medio para hacer conciencia a la gente sobre la importancia de reconocernos tal cual somos, nuestro pasado, nuestros orígenes. Le comenté que aprendí en un panel sobre "Afro descendientes" que cuando nos decimos a nosotros/as mismos/as, y/o a otros/as "indio" "indiesito" "rubio" "morenito", estamos negando nuestra negritud.

Ella sonrió, y me dio la razón diciendo: "pero es verdad, yo no sé porque uno se pone bravo cuando le dicen negra/o, si eso es lo que somos por las mezclas que se dieron en los años de la colonización". En ese momento entendí que ya el trabajo estaba hecho. Le pedí disculpas por si la hice pasar un mal rato, a cambio me respondió con una tierna sonrisa y dijo: "gracias a usted por el agradable y educador momento que me ha hecho pasar. ¿Y entonces, comprará la blusa?"

Después de unas carcajadas, le dije que sí, y que la quería NEGRA. Al fin y al cabo el color me queda perfecto.

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