El Carnaval Dominicano deja mucho de qué hablar

Uno de los temas más patéticos fue relativo al de la seguridad ciudadana, ya que se registró una gran cantidad de asaltos, atracos y vejaciones a los visitantes a tan colorido evento, pese a los esfuerzos realizado por la Policía Nacional.

Si bien es cierto que la Policía Nacional montó un operativo de seguridad para evitar la entrada de personas portando armas al Malecón de Santo Domingo; y que igualmente apoyados por el Ejercito Nacional, vimos como se controló el acceso al área del desfile,  de personas  desvinculadas de las comparsas, por lo menos en el tramo del jurado, también es cierto que los delincuentes sin armas, siguen ganando la batalla.

Despojo de carteras y prendas a extranjeros, pleitos entre bandas con botellas en mano, turbas huyendo con la policía corriendo detrás, policías con jóvenes detenidos por alguna acción vandálica, fueron algunas de las cosas que observamos en nuestro alrededor. Solo tienen que ver nuestros twits de @MunicipiosAldia para darse cuenta de lo que decimos.

Por la cantidad de espectáculos que se realizan en el Malecón de Santo Domingo, este debería ser una de las primeras zonas donde se coloquen cámaras de vigilancia públicas, para que los turistas, internos y externos, se sientan seguros de visitarlo.

Aunque parezca exagerado, y aunque haya que pagarlo por solo un día, el Carnaval Nacional puede perfectamente reforzar la seguridad con ciudadanos interesados en contrarrestar la delincuencia, con voluntarios, como lo hacen la Cruz Roja o la Defensa Civil. Educados, si, dije educados, e instruidos para detener cualquier ciudadano que rompa el orden o atente contra la seguridad de niñas y niños, mujeres, ancianos, jóvenes y turistas, de lo contrario la delincuencia seguirá ganándole la batalla a la Policía Nacional y seguiremos desprotegidos.

No es posible que se permita que en un lugar abierto, donde se concentran tantas familias, madres solteras con bebes, parejas jóvenes con sus hijas e hijos, que van ilusionados de vivir una de las experiencias más excitantes de la cultura dominicana, como lo es el Carnaval Dominicano, jóvenes delincuentes se den a la tarea de aprovechar este espacio para hacer sus fechorías y poner en peligro la integridad física de los que van a disfrutar de esa manifestación cultural.

Así como vemos que los vendedores ambulantes abarrotan cada centímetro del Malecón ofreciendo toda clase de chucherías y, apelando a la insistencia en muchos casos para que les compren algo, esa debe ser la sensación de seguridad que debe sentir un ciudadano, un turista, una familia al ver el despliegue de vigilancia en este tipo de espectáculo.

!Que eso cuesta!, por supuesto que sí. Primero cuesta educación, empecemos desde ahora a preparar ese personal para el próximo Carnaval, instruyámoslo con las técnicas del manejo de determinadas situaciones, reclutemos los mejores talentos para los fines, que los hay, recluten atletas vinculados a la defensa personal.

Segundo, creemos un despliegue educativo para los visitantes con por lo menos un mes de anticipación, para que todos y todas seamos mejores ciudadanos en nuestro comportamiento, indicándoles dónde estarán los baños, zafacones y cualquier otro servicio.

Ah! pero eso sí, dispongan de zafacones suficientes, baños suficientes, y personal de seguridad o edecanes suficientes, y así reduciremos el número de personas haciendo lo que les venga en gana.

!Que eso cuesta!, bien, pues busquemos la fórmula para determinar de dónde sacaremos el dinero para esos fines, bien sea con los patrocinadores, o aumentando el presupuesto a seguridad del Carnaval, a quien sea, pero hagámoslo, sino, esperemos que el próximo cumpleaños de la Policía Nacional, que se celebrará cada dos de marzo, sea para restregarle en la cara que la comparsa de la delincuencia volvió a ganar la batalla en el Desfile de Carnaval Nacional y que esto sirva para todos los carnavales que se realizan en nuestro país.