¿Cómo se llama la obra? (________)
- Escrito por Sergio Antonio Grullón
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Shakespeare fue un(os) autor(es) capaz de entretener a la aristocracia y al pueblo con su teatro, en un mismo escenario. ¿Por qué, a pesar de sus intrincadas líneas, la audiencia quedaba embelesada? Porque no estaban tratando de entender cada palabra, solo querían disfrutar el espectáculo. También porque sus poesías deben ser leídas en voz altas para que cobren sentido, una de las razones por la que es el autor favorito de a quienes les gusta escucharse a sí mismo.
En la República Dominicana decimos que “el que calla otorga”. Olvidamos el silencio proverbial japonés, el que guarda la verdadera esencia que se disipa tan pronto se expresa con palabras; ante la sublime experiencia, lo apropiado es decir nada. Y eso significa esa obra para mí, a la que salomónicamente he preferido que muchos la hayan adoptado.
“El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano”. Desconstruir la estructura de ese discurso revisionista no es tan complejo. Hice mi trabajo, le toca ahora a los periodistas-historiadores responder a las preguntas: ¿hubiese sucedido sin quien reclama la idea? Y ¿se hubiese hecho sin quien escribe? El edificio que pronto servirá de escenario a quienes pasan tiempo en el aire le sirvió de botón a Nuria para revelar el mitO(hu)mano.
Para quienes apostaron al fracaso y se burlaron, la disonancia cognitiva les impide ver la realidad. Hasta los científicos tienen una lucha antagónica interna con una construcción social en la que "los hechos científicos se consideran meras obras; la retórica determina lo que se convierte en hecho científico" (Latour y Woolgar, 1986). Es en este momento que le exhorto a las universidades, último bastión de la reserva moral de la Rep. Dominicana, que cuiden su imparcialidad a toda costa porque debemos contener nuestros instintos para no usar el honorable oficio de educar para indoctrinar políticamente a una generación que tendrá que competir en un planeta que será competitivamente cruel para una inmensa mayoría.
Vivimos en un mundo en que no nos ponemos de acuerdo cual es su origen. La obra está entre el Paréntesis de Mario Benedetti cuando se pregunta: “¿y qué dirá Después / después de todo?”